La sombra de Cánovas del Castillo llega hasta los 'neocons'
Un libro estudia la influencia del político conservador en la derecha española
La alargada sombra de Antonio Cánovas del Castillo (Málaga, 1828-Mondragón, 1897) llega hasta hoy, hasta los neoconservadores del PP, con José María Aznar y Esperanza Aguirre a la cabeza, que utilizan los lados más amables de su figura para defender sus raíces conservadoras. Este recorrido histórico por el siglo XX es el hilo conductor del libro Cánovas y la derecha española. Del magnicidio a los 'neocon' (Península), que ha escrito José Antonio Piqueras, catedrático de Historia Contemporánea, tras dedicar más de 10 años a estudiar el legado de uno de los políticos más influyentes y polémicos de nuestro pasado reciente. "Cánovas ha servido en España", señala Piqueras, "para rearmar ideológicamente a los conservadores, y el PP, sin duda, ha hecho un uso partidista de su trayectoria ocultando sus facetas antidemocráticas y subrayando sólo sus aciertos". Otros estudiosos de esa época, como Carlos Dardé o Javier Moreno Luzón, no tienen dudas a la hora de señalar que el político malagueño ha sido la principal referencia de la derecha española, en especial, durante el primer franquismo y la transición democrática. "Podría decirse", comenta Dardé, catedrático en la Universidad de Cantabria, "que los dirigentes del PP han intentado pasar por nietos de Cánovas antes que por hijos de Franco".
Piqueras: "El PP ha ocultado sus facetas antidemocráticas"
Desde que fuera asesinado por un anarquista en 1897, la trayectoria del abogado-artífice de la Restauración y de la Constitución de 1876 ha servido como piedra de toque para todos los proyectos conservadores en España, a veces liberales, en ocasiones autoritarios. Piqueras ofrece en su ensayo una visión muy crítica del personaje. "Algunos historiadores", afirma este catedrático de la Universidad Jaume I de Castellón "asumen la Restauración como un periodo necesario y positivo para la época. No obstante, cabe decir que la democracia siempre fue un mal indeseado para Cánovas y se opuso cuanto pudo a la aprobación del sufragio universal masculino, que no se aplicó hasta 1890, al tiempo que defendía el caciquismo como base de aquel sistema político que perduró desde la llegada al trono de Alfonso XII en 1876 hasta la dictadura de Miguel Primo de Rivera en 1923". A juicio de Piqueras, salvo momentos o personajes excepcionales, la derecha española nunca ha sido demócrata ni moderna a lo largo del siglo XX y, por ello, el ejemplo de Cánovas le ha servido para justificar una ideología. "Una prueba de esta actitud la protagonizó Manuel Fraga durante la transición cuando quiso jugar a ser Cánovas y dirigir una evolución lenta y segura del franquismo frente a las tesis de Suárez, más pragmático y audaz, como el liberal Sagasta".
El amplio estudio de Piqueras sobre el líder conservador, que fue ministro y presidente del Gobierno en varios periodos, va más allá de una biografía convencional porque lo que le ha interesado al autor es el influjo de Cánovas a partir de su muerte. Su sombra alcanzó de lleno al PP cuando el Gobierno de Aznar resolvió conceder un carácter de celebración de Estado al centenario de la muerte de Cánovas, en 1997. "A gente como Aznar o Aguirre les viene muy bien recordar a Cánovas porque les sirve para reivindicar la importancia de la religión, de la familia y de la nación española. O sea, sus objetivos en la actualidad. Además a la derecha le gusta exaltar a sus mitos, y yo siempre me alineo con Bertolt Brecht cuando decía aquello de desgraciado el país que necesita héroes".
Dardé subraya, sin embargo, que "aquello que se ha tomado como modelo en algunas etapas, como la transición, fue su actitud conciliadora y pragmática, al servicio del gran objetivo de la pacificación del país". Por otra parte, una mayoría de estudiosos opina que el juicio sobre Cánovas depende, en buena medida, de cómo se valore su papel en la Restauración. El propio Piqueras concluye en uno de los capítulos de su libro que, "sin la Restauración y prescindiendo de la época a la que da comienzo, Cánovas habría quedado como un político conservador más, secundario en el orden de las ideas, y del propio conservadurismo, dominado por la generación de Martínez de la Rosa, Narváez, Bravo Murillo y O'Donnell, entre otros". Poco sospechoso de cercanía a las tesis del PP, Javier Moreno Luzón, profesor de Historia del Pensamiento en la Universidad Complutense, elogia, sin embargo, el "notable intento de la derecha española actual por buscar referentes como Cánovas en el pasado inmediato" y echa en falta que en los últimos años no se hayan publicado más títulos sobre la Restauración.
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