Los errores del PP en Navarra
Se suceden los errores del Partido Popular con su política navarra. El primero en 1991, al suprimir su sede en Navarra; luego, al hacer ver a sus afiliados que UPN era el PP en Navarra, implantaron la falsa doctrina Del Burgo-Rajoy por la cual UPN decide en Pamplona por el PP y el PP decide por UPN en el Congreso, lo cual, si bien calmaba a su gente, desvirtuaba la letra y el objetivo político del pacto de 1991 y el acuerdo electoral de 2007.
La citada doctrina ha llevado al PP a tratar a UPN como a un partido sometido (franquicia, marca electoral, delegación, etcétera) y a ordenarle que cambie al presidente y no actúe ante la indisciplina de sus militantes de no acatar la decisión del 91% de su Consejo Político.
Ha seguido en los errores al no querer reformular el pacto a pesar de no contar con liderazgo ni seguidores suficientes, salvo los políticos de ayer, viejas glorias de hoy, en una reimplantación trabajosa casi imposible. Rajoy no ha escuchado a Miguel Sanz, que está más fuerte y más arropado que nunca por los ataques recibidos y sus aciertos políticos de años.
Comprendo que el PP quisiera tener su sede en Pamplona, y ha encontrado la ocasión. Más tarde, cuando se sepa qué es cada uno, si su juego es limpio -por el momento, es artero-, seguro que los dos partidos podrán reconciliarse con respeto entre ambos, como ya se entendían antes del pacto de 1991 Manuel Fraga y Jesús Aizpún, a pesar de que éste cubría con su paraguas a Gabriel Urralburu.
Por el momento, es lamentable que el PP no haya aceptado renegociar un acuerdo de colaboración.