El mito del sistema mejor financiado

Lo más llamativo de la intervención conjunta que los rectores valencianos realizaron ayer fue lo que no dijeron. Después de varios días de infarto, con un radical tijeretazo de fondos planeando sobre las universidades, evitado a última hora con un enredo presupuestario de primera, los dirigentes académicos redujeron las críticas (hacia el proceso y hacia la solución financiera) al máximo. Quizá porque a la argucia contable del consejero de Economía y Hacienda, Gerardo Camps, todavía le quedan trámites para ser aprobada dentro de la ley de Presupuestos. O quizá porque incluso, una vez aprobada, el Consell podría complicar mucho la vida a las facultades en 2009, forzándolas a pedir más créditos cuando se encuentran al límite de endeudamiento.

Los rectores, reunidos por la Real Sociedad Económica de Amigos del País en el Centro Cultural Bancaja, hicieron lo posible por pasar con el menor ruido posible sobre la polémica. ¿Un ejemplo? Se les preguntó: ¿Qué opinan del papel del consejero de Educación, Alejandro Font de Mora, en todo el asunto (fue él quien justificó públicamente la necesidad del recorte)? Los tres rectores presentes a esa hora, el de Castellón, Francisco Toledo; el de Alicante, Ignacio Jiménez Raneda; y el de la Politécnica, Juan Juliá, guardaron silencio, intercambiaron sonrisas y por fin uno declaró: "Preferimos valorar el resultado"; "lo importante es que al final se ha arreglado".

¿Fue entonces lo del tijeretazo un error al transcribir los presupuestos? Nuevo silencio. "No sabemos si fue un error, o un horror", respondieron. Ya en la conferencia, Juliá se puso mucho más serio: "Ante la alarma de un severo recorte de fondos tuvimos el brazo amigo de nuestros presidentes de los consejos sociales, que han sido muy importantes para que los acuerdos de financiación se vean respetados". Los presidentes de los consejos son el notario Carlos Pascual (València); el presidente de la patronal valenciana; Rafael Ferrando (Politécnica); el presidente del Colegio de Médicos de Alicante, Ricardo Ferré (Alicante); el fundador de la azulejera Gres de Nules, Rafael Benavent (Castellón), y el empresario del calzado Emilio Cano (Elche).

Hubo otro asunto en el que los rectores se mostraron contundentes. Desde hace un año, el presidente Francisco Camps y el consejero Font de Mora no se cansan de declarar que las universidades valencianas son las segundas mejor financiadas de España. En alguna ocasión han dicho que son las primeras. Ninguna de las dos afirmaciones es cierta y Juan Juliá lo dijo ayer secamente: "Es falso".

La Universidad española en cifras 2008, el informe más completo de cuantos se han elaborado al respecto, publicado hace pocas semanas por la conferencia española de rectores, pone los datos negro sobre blanco: la Comunidad Valenciana ocupa el sexto lugar en "gasto total por estudiante", el indicador más representativo, al contener las dos grandes partidas que reciben las facultades, el dinero para gastos corrientes (nóminas) y el dinero para infraestructuras (edificios). Las universidades valencianas se sitúan por detrás de las de Cantabria, Navarra, Cataluña, Madrid, y Aragón, por ese orden. El gasto en el sistema valenciano supera en un 4,33% la media del Estado.

Pero eso es en teoría. "Estaríamos muy bien financiadas si realmente nos pagaran lo que dicen que nos pagan", suele decir un gerente universitario. ¿Qué quiere decir con ello? La universidad española en cifras 2008 recoge tanto el dinero verdaderamente liquidado como el comprometido. Es decir, que cuenta tanto lo que la Generalitat ha desembolsado como, por ejemplo, la deuda de 900 millones de euros que se ha comprometido a pagar hasta el año 2023. Si se contara lo realmente entregado, aseguró ayer Juliá, la comunidad autónoma ocuparía el cuarto lugar... por la cola.