La mitad de pacientes 'límite' no recibe el tratamiento correcto
El trastorno límite de personalidad (borderline, en terminología anglosajona) afecta al 2% de la población, pero no siempre es fácil de diagnosticar. De hecho, se ha convertido para algunos especialistas en un cajón de sastre donde se aboca la conducta de personas que queman contenedores de basura o que hacen novillos en clase.