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Campaña contra el racismo en plena crisis

El Gobierno intenta prevenir cualquier brote de xenofobia mostrando la aportación "vital" de los inmigrantes a determinados sectores económicos

Las crisis económicas suelen resultar un caldo de cultivo idóneo para los brotes racistas y xenófobos. Cuando la coyuntura se tuerce y el trabajo escasea, la población local tiende a ver a los inmigrantes como una amenaza para su acceso al mercado laboral. Y para prevenir la confluencia de los discursos racistas con el mal momento económico, el Gobierno vasco acaba de lanzar una campaña de sensibilización social en los medios de comunicación sobre el "importante" papel que juega la inmigración en el bienestar y desarrollo de Euskadi. Se trata de desmontar algunos de los estereotipos negativos que han ido calando entre los ciudadanos, como el de que los extranjeros viven más de las ayudas sociales que de su propio trabajo.

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El consejero de Asuntos Sociales, Javier Madrazo, y el director de Inmigración, Roberto Marro, presentaron ayer la iniciativa en Bilbao, en el Casco Viejo. Allí instaló el departamento una carpa para que los representantes de las diversas asociaciones de inmigrantes que desarrollan su trabajo en Euskadi pudiesen conocer el proyecto, confraternizar y expresar sus temores ante los negros nubarrones que se ciernen sobre la economía. "El primer estereotipo que hay que combatir es el que vincula a los extranjeros con su poca aportación a la economía vasca. Y no se puede relacionar crisis económica con inmigración porque se estaría buscando la manera más fácil de culpabilizar a un determinado colectivo", resaltó Marro en su intervención.

En Euskadi residen cerca de 117.000 inmigrantes (el 5,4% del conjunto de la población vasca). Según los datos del Observatorio Vasco de Inmigración-Ikuspegi, 96.000 de ellos forman parte de la población activa, es decir, tienen entre 16 y 64 años. Y la mayoría de ellas, ocho de cada diez, trabajan: un total de 21.500 lo hacen en la economía sumergida y otras 54.500 cotizan a la Seguridad Social. "Los extranjeros generan riqueza para la sociedad vasca", recalcó Marro. Madrazo fue más allá al asegurar: "Los inmigrantes nos necesitan y hay que acogerles por solidaridad, pero también les necesitamos para garantizar nuestro futuro desarrollo como país. Sin ellos, Euskadi no podría levantar la persiana todos los días".

Las previsiones de los expertos pasan por que la comunidad autónoma necesitará unos 96.000 inmigrantes más en los próximos siete años para cubrir sus necesidades de mano de obra como consecuencia del paulatino envejecimiento de la población y la baja natalidad, que dificultan el relevo generacional en el mercado de trabajo. Esta cifra supone casi el doble de los extranjeros afiliados actualmente a la Seguridad Social.

El caso es que la sociedad vasca no percibe el fenómeno de la inmigración como un problema, lo coloca muy por debajo de otras preocupaciones como el trabajo, la vivienda o el terrorismo, pero se decanta por un modelo de integración basado en la asimilación. Eso significa que si alguien ha de esforzarse para hacer posible la integración deben ser los extranjeros, lo que implica el abandono de buena parte de sus costumbres en favor de las locales.

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Los inmigrantes

- Población. En Euskadi residen cerca de 117.000 extranjeros, el 5,4% de la población total de Euskadi.

- Trabajo. El 22,4% de quienes trabajan lo hacen en la economía sumergida. Un 56,3% cotiza a la Seguridad Social.

- Percepción. La mayoría de los vascos cree que en Euskadi viven más inmigrantes de los que realmente lo hacen, opinión que se mantiene una vez conocidos los datos reales.

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