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Los Premios Nacionales de Cultura tampoco se escapan de la crisis

Los trabajadores de Pirelli se reúnen con Montilla antes de la gala de entrega

La gala de los Premios Nacionales de Cultura de la Generalitat, que concede el Departamento de Joan Manuel Tresserras, no se escapó ayer de la crisis económica. Antes de iniciarse la ceremonia en el teatro Kursaal de Manresa, el presidente de la Generalitat se reunió con los miembros del comité de empresa de Pirelli que se habían manifestado por el centro de la ciudad. La dirección de la marca italiana ha presentado un expediente de regulación de empleo que afectaría a 280 empleados de su factoría en Manresa.

En su intervención de clausura de los premios, Montilla reclamó el compromiso social y del mundo de la cultura para salir de la crisis. En referencia al conflicto de Manresa y tantos otros, aseguró que la Generalitat hará "todo lo que esté en sus manos" para resolver los problemas, aunque anunció que no será fácil y reclamó "fortaleza, trabajo y austeridad". Lo que apenas tuvo incidencia fue la protesta contra el cierre del Centro de Arte Santa Mónica, que sólo reunió a la salida del acto a unas 20 personas.

Los Premios Nacionales, 17 en total, distinguieron entre otros reconocimientos la trayectoria de la poetisa y traductora Montserrat Abelló y del médico y humanista Moisès Broggi. La veteranía también estuvo presente en el escenario con premiados como los periodistas José Martí Gómez, Lluís Permanyer y Joan de Segarra, en contraste con el impulso más moderno de grupos como Antònia Font, galardonados en la categoría de música por su álbum Coser i cantar.

La elección del teatro Kursaal de Manresa fue un acierto como sede para acoger la entrega de los premios, porque es un auténtico superviviente: reabrió puertas a finales del año pasado tras muchos años de permancer cerrado y una larga campaña promovida por la asociación El Galliner.

Por su escenario desfilaron todos los premiados, entre los que figuraban además de los ya mencionados: Carme Pinós (Arquitectura); el artista Carlos Pazos y los cineastas José González Morandi y Paco Toledo por el documental Can Tunis, que aprovecharon su intervención para reclamar más apoyo a la industria cinematográfica independiente. Pero hubo más, porque el jurado también reconoció a la hija del payaso Charlie Rivel, Paulina Andreu, por su trayectoria en el ámbito del circo, y se introdujo por primera vez la categoría de cómic, que en su bautismo ha reconocido el entrañable álbum María y yo, en el que Miguel Gallardo habla con viñetas de su hija autista. La larga lista incluía también el Patronat d'Estudis Osonencs (Patrimonio); la asociación L'Era, dedicada a la agricultura ecológica, que se llevó el premio de Cultura Popular; Francesc Casadesús, director del Mercat de les Flors, que obtuvo el de Danza; Nani Marquina (Diseño); Salvador Sunyer, del festival Temporada Alta, reconocido en el ámbito teatral, y el poeta Joan Margarit, que triunfa de nuevo con Casa de Misericòrdia. Completaron la gala los galardones concedidos al programa Infos en Idiomas, de Barcelona TV; a la neurobióloga Mara Dierssen, que estudia el síndrome de Down, y a la Plataforma per la Llengua, que arrancó las únicas y escasas proclamas en defensa de la oficialidad plena del catalán.

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