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Una monja violada alerta de los ataques a católicos en India

"Una turba me atacó. Fui violada y golpeada en público y la policía no detuvo a los criminales. A mí no me protegió y con ellos fue amigable". La monja Mina denunciaba ayer con estas palabras los ataques que sufren los católicos a manos de grupos radicales hinduistas en Orissa, un estado al este de India.

El acoso, que es habitual, se ha recrudecido en los últimos dos meses después de que un sacerdote hinduista fuera asesinado. Aunque las autoridades aseguraron que los rebeldes maoístas estaban tras el crimen, los extremistas acusaron y cargaron contra la comunidad católica. La hermana Mina fue una de las víctimas. Tras ella, la espiral de violencia ha causado al menos 59 muertos, 25.000 desplazados católicos y la quema de numerosas iglesias y casas, según fuentes eclesiásticas. Incidentes que el primer ministro, Manmohan Singh, calificó como una "vergüenza nacional".

Los extremistas buscan crear un estado hinduista en Orissa, uno de los que más cristianos tiene en India, un 10%. Las organizaciones de derechos humanos denuncian que estos grupos se han fortalecido en este estado. Desde que llegó al poder el partido nacionalista hindú, BJP, han aumentado los ataques contra las minorias. "Los extremistas hindúes buscan convertir a la gente por la fuerza. Y el Gobierno no ha logrado protegernos", declara el arzobispo de Orissa, Raphael Cheenath.

Símbolo de valentía

Mina, menor de 30 años, aparecía ayer con la cara cubierta con un pañuelo. Esta mujer se ha convertido, por denunciar públicamente su violación -algo que en India se considera una vergüenza extrema, aún más para una religiosa-, en un símbolo de valentía para los católicos y para las mujeres. Mina pidió, además, a la Suprema Corte que no impida -como ha hecho- que su caso sea investigado por las autoridades federales.

"Es un tiempo terrible para los cristianos", declaraba entre lágrimas Lili Francis, secretaria general de la Comisión Católica Nacional para las Mujeres. En su opinión, Mina no tendría que haberse "sacrificado" ante los más de 150 periodistas agolpados para oír sus declaraciones. No todas las mujeres son de la misma opinión: "Este es un día histórico para India, se está rompiendo el silencio. También es importante que la Iglesia acuse la inacción de la policía", opinaba la feminista Pearl Drego.

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