La alta definición da nuevos aires al mercado de las videocámaras
El cambio hacia la alta definición es más rápido que el paso del analógico al digital del comienzo de siglo - El almacenamiento con memoria 'flash' gana adeptos frente al hasta ahora mayoritario disco duro
Los festivales de cine hacen hueco a los vídeos. Las telefónicas organizan sus concursos de películas con el móvil. En las cadenas de televisión, animan al espectador a enviar los vídeos con las gracietas de los nietos. En YouTube cada día se colocan 100.000 vídeos. Si algo pasa en el mundo, está filmado.
Filmar es algo tan sencillo y tan personal que se puede hacer en cualquier circunstancia, con la cámara de fotos, con el teléfono y, por supuesto, con las videocámaras, la primera herramienta de los futuros cineastas.
Gracias a la conexión a Internet, estos vídeos se rebotan por los móviles o por los ordenadores; a veces son bromas, a veces películas pirateadas en los cines o conciertos de música, pero otras veces son vídeos educativos, una forma de aprendizaje que antes sólo se transmitía por la escritura, la lectura, luego por el audio y ahora por la imagen. Carreras universitarias, estudios de idiomas, el mismo bricolaje, no se entienden sin el vídeo adjunto. Y el ocio tampoco.
Gracias a la era digital, la videocámara se ha aligerado, ocupa casi como un teléfono y su precio tampoco es un escándalo. Si sólo se quiere colgar vídeos en YouTube, hay cámaras por 100 euros más que aceptables para ese menester.
Hace escasamente un año y medio que irrumpieron en el mercado las videocámaras digitales de alta definición, robustas, compactas y con una calidad de imagen irreprochable. Son cámaras capaces de dar el pego en la gran pantalla del cine y así está ocurriendo.
Los modelos de alta definición representan ya en España el 8% de las ventas de videocámaras, y sólo es el comienzo. La caída generalizada de precios y ventas globales hará que la transición de las videocámaras de definición estándar a las de alta definición se acelere y es previsible que a finales de 2010 estas últimas sean mayoritarias.
Proceso de cambios
El sector de videocámaras se encuentra en pleno proceso de cambio tecnológico, de la definición estándar a la alta definición y de la grabación en cinta y DVD al disco duro y memoria flash. La oferta es así extraordinariamente amplia y cambiante, con un punto en común: los precios van a la baja en todas las categorías, alrededor del 20% anual.
Las ventas de videocámaras han rondado el medio millón de unidades en los últimos años en España. Es un mercado cinco veces más pequeño que el de cámaras digitales, aunque también es más estable.
Cada año se mejora algún aspecto, sea el tamaño, la resolución, la rapidez de puesta en marcha o el sistema de grabación, con la introducción del DVD, el disco duro o últimamente las tarjetas de memoria y la memoria interna frente a la tradicional cinta, que aún subsiste. La llegada de la alta definición lo ha puesto todo patas arriba y la crisis económica es clave para que todo cambie más deprisa.El reto de los fabricantes de videocámaras es el desconocimiento de la grabación en alta definición. Tampoco es extraño, porque hace un año lo común en alta definición era hablar de 720 líneas, sensores CCD y grabación en cinta o DVD. Ahora, las 1.080 líneas se han generalizado, los sensores CMOS tienen más ventajas y el disco duro y las memorias de estado sólido están a la orden del día cuando se habla de alta definición.
La confusión también es considerable en las videocámaras de definición estándar porque hay múltiples alternativas sin una distinción clara.
Adios a la cinta
De entrada, la grabación analógica ha desaparecido y todo es digital. La cinta Mini-DV tiene sus adeptos y los seguirá teniendo, incluso en alta definición, porque es un método muy barato de almacenamiento. La grabación en DVD es muy cómoda porque basta introducir el disco en un reproductor para ver el resultado en el televisor. Y los que editan están ya acostumbrados a trabajar con el ordenador y ven en el disco duro o en las tarjetas de memoria y la memoria interna la solución perfecta.
Cada sistema de grabación tiene su público y así seguirá. Lo que va a pasar en los próximos tres años en todo el mundo, según Samsung, es que cada uno de los cuatro sistemas de almacenamiento tendrá una cuota aproximada del 25%. La cinta perderá su predominio en beneficio de la memoria flash, mientras que el disco y el DVD se mantendrán.
La situación es distinta en España porque las videocámaras con disco duro representaban el 43% en unidades y el 45% en valor; el DVD, el 25% y 19%, respectivamente, y la cinta, el 20% y el 13%. Esto se debe, en parte, a que Sony acapara más de la mitad del mercado español y ha promocionado mucho el disco duro.
Pascal Clisson, jefe de este producto en Sony España, espera incluso que el disco duro alcance el 46% en Navidad, a expensas del DVD, que ve un formato de almacenamiento muy a la baja, en precio y en ventas.
Para Aritz Chouza, responsable de videocámaras de Canon, el gran cambio más que de formatos es de tamaños. "El tamaño cada vez más compacto de las videocámaras contribuye a que se lleven más encima y así a captar más escenas cotidianas". Canon promociona festivales de cortos para fomentar la moda del vídeo.
La consultora GFK pronostica para este año unas ventas de 465.000 videocámaras, el 10% menos que en 2007. La facturación bajará el 20%. El dato positivo está en la alta definición. El pasado año se vendieron 15.000 unidades y este año oscilará entre las 32.000 y 37.000 unidades, según Ignacio López, de GFK.
Las cifras no incluyen las videocámaras de bolsillo, que graban en calidad estándar sobre una tarjeta de memoria y cuestan menos de 200 euros. Es un mercado importante, sobre todo con las promociones que hacen periódicos y entidades bancarias. Pablo Romero, director comercial de Toshiba en España, calcula que su empresa venderá 100.000 modelos de la gama Camileo, que responde a estas características.
Sin convergencia
Hace un par de años se pensaba que tendría lugar la convergencia entre las cámaras de fotos y las videocámaras y surgiría un único aparato. Ahora, el escenario de futuro que se considera probable es el aparato optimizado para una función única que, además, sirve para otras cosas.
La videocámara está así pensada para grabar imágenes en movimiento, aunque pueda tomar fotos, y la cámara para imágenes fijas, pese a que la mayoría también graba vídeo. La idea es que el teléfono móvil sirve para comunicarse y, eventualmente, hace fotos o graba vídeos.
Las videocámaras pueden tomar fotografías de gran calidad y las cámaras de fotografía graban incluso vídeos de 720 líneas de resolución. La barrera la pone el aficionado; el de la fotografía normalmente no quiere grabar vídeos y viceversa. Lo que se busca ahora es que se graben más vídeos ocasionales y extender el uso de la videocámara más allá de bautizos y comuniones.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.