"Alguien tendrá que pagar por la muerte de mi madre"
El hijo de la mujer fallecida en la primera inundación de Coslada inicia una batalla legal contra las administraciones
Jesús Burgallo viste botas negras, unos pantalones y una chaqueta verde impermeables. Está sudando. Lleva todo el día intentando limpiar las cuatro casas que hay en el número 261 de la avenida de Vicálvaro, en Coslada. Son las viviendas en las que reside junto a sus hermanos. Y en donde habitaba desde hacía años su madre, Francisca Zamora Cano, de 55 años, que murió el pasado 22 de septiembre.
"Alguien tendrá que pagar por su muerte", afirma taxativo, tras anunciar que ha denunciado a todas las administraciones de forma que se depuren responsabilidades. Jesús es el tercero de cuatro hermanos y encabeza su cruzada contra el Ayuntamiento de Coslada, la Comunidad de Madrid, los bomberos regionales y hasta las ambulancias. "Llevamos años aquí y nunca había pasado hasta que construyeron la maldita M-45. Hicieron un colector en el que entro yo de sobra y lo dirigieron hacia las casas. ¿A quién se le ocurrió eso?", se pregunta con enfado.
La familia ha sacado ya nueve contenedores de barro de su casa
Entrar en su vivienda es llenarse de barro. Sus familiares y amigos hacen jornadas de sol a sol para intentar limpiarla. El agua superó los 185 centímetros de altura y derribó el muro que separa su casa de la del vecino. "A mi hermano lo encontraron a 500 metros de nuestras casas. Se libró de milagro. Mi madre no tuvo tanta suerte", recuerda Jesús, que lleva una camiseta con la imagen de Francisca.
Reconoce que está rendido de tanto trabajo. Tiene que sacar fango de todos los rincones. Gracias a sus amigos puede ver algo de color en esa tarea ingente. Donde antes había un tupido césped y una barbacoa se acumulan kilos y kilos de barro que tienen que extraer en carretillas a un contenedor cercano. "Hemos sacado ya hasta nueve contenedores. En la primera inundación contraté una pequeña retroexcavadora y en 15 días lo tuvimos todo listo, pero ahora no tengo dinero para hacerlo de nuevo", dice.
Y los problemas se le acumulan. Hasta ahora vive con su familia en un hostal sufragado por el Ayuntamiento de Coslada. Pero sólo hasta el viernes. Luego irán a la calle. "Hemos intentado alquilar una vivienda, pero nos lo ponen muy difícil. Cuando se enteran de quiénes somos, nos piden hasta seis meses de aval para poder entrar. ¿Quién tiene 6.000 euros para poder conseguirlo? A este paso, me veo durmiendo en la calle", añade con cierta rabia.
La familia ha abierto una cuenta para recaudar fondos con los que pagar a los abogados que lleven el caso de la muerte de su madre. No quieren que caiga en el olvido o que puedan repetirse hechos similares si no se acaba con las riadas en su calle.
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