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Reportaje:

El petrolero nazi hundido en Cariño

Un historiador data las primeras mareas negras en la II Guerra Mundial

El 24 de diciembre de 1941, el avión bimotor Bristol Beaufort, perteneciente al 22º escuadrón del Mando Costero británico, torpedeaba al petrolero alemán Benno. Pero lo peculiar de esta acción de guerra reside en el escenario: el puerto de Cariño, en la costa norte de Galicia. Para el historiador Juan Carlos Salgado, nacido en São Paulo en 1960 aunque residente en Lugo, el hundimiento del Benno fue "la segunda marea negra registrada en la costa gallega, a pesar de que el vertido fue gasóleo".

Salgado relata este bombardeo y otros "incidentes marítimos ocurridos en la II Guerra Mundial entre la frontera portuguesa y francesa" en su libro Marea roja marea negra, publicado por la editorial Galland Books. "Galicia ocupa aproximadamente la tercera parte del estudio", explica, "pero en algunos aspectos es una de las zonas más importantes". El autor, profesor de inglés en la enseñanza secundaria, ilustra su afirmación con los puertos de Vigo y Ferrol: "En estas ciudades repostaban frecuentemente los submarinos alemanes". De las 23 operaciones de reabastecimiento de la Armada nazi realizadas en territorio español, y pese a la "neutralidad" oficial del entonces reciente régimen de Franco en la confrontación mundial, once lo hicieron en puerto gallego.

De los 23 repostajes de los nazis en territorio español, 11 fueron en Galicia
"Me contaron cómo dos aviones alemanes derribaron uno inglés en Carballo"

Juan Carlos Salgado, dedicado a labores de historiador por vocación, también menciona "los ataques contra la navegación de barcos de toda nacionalidad e incluso barcos alemanes que atacaron pesqueros gallegos". La confusión reinaba frente a las costas del noroeste peninsular hasta que, mediada el conflicto bélico, los aliados prohibieron las faenas pesqueras en el Gran Sol. "Ametrallaban a los paquebotes y echaban panfletos de propaganda en español; en una ocasión, los aliados llegaron a lanzarlos sobre Ferrol". La aviación que se enfrentaba al eje Berlín-Roma-Tokio incluso hundió varios pesqueros, "desembarcando las tripulaciones en suelo inglés".

Pero Salgado señala como primera consecuencia de la II Guerra Mundial en Galicia "la llegada de náufragos ya durante el primer año de contienda". La "marea roja" a la que se refiere el título del libro "es la sangre de los heridos" arribados a las playas galaicas. Los militares y marineros eran internados en lugares como la base naval de Ríos, en Vigo, en las inmediaciones de A Guía. "Fue el caso de la tripulación de una barcaza inglesa embarrancada en Asturias", narra, antes de puntualizar: "No se trataba de prisioneros de guerra, pero permanecía internados hasta el final de la guerra". No siempre. El historiador habla de "repatriaciones ilegales de alemanas, antes de 1945". "Sí, España era aliada, pero inclinada hacia un lado", ironiza.

Fue en Vigo, "uno de los grandes centros de espionaje durante la II Guerra Mundial", donde permanecía atracado e inactivo el petrolero alemán que los aliados detectaron en el verano de 1943. El buque, reclamado por un ejército nazi que comenzaba a atisbar la posibilidad de una derrota, emprendía rumbo a Alemania cuando fue cazado por la aviación aliada. Al intentar refugiarse en Camariñas, el casco tocó fondo y rompió, vertiendo toneladas de gasóleo y originando "la tercera marea negra de la historia de Galicia". El dudoso honor de ser pionero corresponde a otro petrolero, pero soviético y de nombre Boris Sheboldaev, que el 20 de agosto de 1934 naufragó también en Camariñas.

Los datos, y las investigaciones, recogidos por Juan Carlos Salgado en Mareas rojas mareas negras se encontraban diseminados por medio mundo. "Los archivos del Ministerio de Asuntos Exteriores y del Aire, en Madrid, los Nacionales de Gran Bretaña y Estados Unidos o los Federales alemanes", recuenta, "fueron mis fuentes, además del de la Armada de Ferrol". La busca de partidas de defunción y de los archivos parroquiales conformó igualmente el modus operandi de Salgado en su libro y en el que publicará el año que viene, dedicado a los lances aéreos: Alas, hélices y botas. "Todo empezó cuando me contaron como dos aviones alemanes derribaron a otro inglés en Carballo", admite, "y por mi curiosidad por el Cementerio Militar Alemán que hubo en A Coruña hasta los 80, donde enterraron todos los caídos alemanes en España durante la II Guerra Mundial".

Sobre los acontecimientos bélicos en el área gallega existen ya algunas publicaciones. Además de los populares estudios de Eduardo Rolland, editados por Xerais, Hixinio Puentes escribió varios libros alrededor de los naufragios en la costa, "valiosos", según Salgado. "Pero Lobos acosados, de Tojo Ramallo, es el mejor, porque hay otros exitosos pero no dignos de ser considerados libros de historia", apunta.

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