La recuperación se aleja de España

El último informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) es un varapalo para las expectativas de la economía española. No sólo la sitúa como una de las que peor capea el temporal de la crisis financiera, al pronosticar que entrará en recesión el próximo año, con un retroceso del 0,2% del PIB, o apuntar que el frenazo este año será más intenso (el PIB crecería un 1,2% frente al 1,8% que anuncia el Gobierno), sino que, además, aleja la posibilidad de una recuperación rápida, algo que había llegado a decir el propio FMI en su anterior informe y que aún sostiene el Gobierno.

En abril, los expertos del FMI apostaban porque España iba a ser el país avanzado que más rápidamente volvería a su senda de crecimiento potencial. Y auguró que la economía recuperaría esa tasa del 3% tan pronto como en 2010. Pero ahora el FMI modifica ese cálculo, como ha hecho con muchas otras estimaciones en su nuevo informe. En general, vaticina para todos los países que la reactivación tardará más en producirse y será más gradual. Una revisión que vuelve a dejar a España en peor lugar de lo que lo hacían sus anteriores estimaciones.

La tasa de paro, según los nuevos cálculos, rondaría el 15% en 2009

Según estos nuevos cálculos, detallados en su página web, la economía comenzará 2010 prácticamente estancada, para alcanzar a final de año un avance del 1,76% del PIB. Un ritmo de crecimiento que sería inferior al del Reino Unido o Estados Unidos y muy similar al de Francia u Holanda. Y sólo en 2012, dos años después de su previsión inicial, España lograría un ritmo de crecimiento superior al 3%.

Frente a la rebaja a la que ha sometido el FMI sus cálculos, el Gobierno insiste en defender sus previsiones, más optimistas, aunque admite los riesgos de que el crecimiento económico se resienta aún más si se alarga la crisis. Pero la exigencia de la oposición para que revise la estimación de crecimiento incluida en los Presupuestos de 2009 (un 1%) ha subido de tono tras el informe del organismo internacional.

Los presupuestos del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero no sólo se elaboran con la presunción de que sí habrá crecimiento económico el año que viene, aunque tímido, sino con la hipótesis de que los ingresos fiscales no caerán, a diferencia de lo que está ocurriendo en 2008. Y que eso permitirá contener el déficit público en el 1,9% del PIB, pese al fuerte incremento del gasto por desempleo.

El informe del FMI también cuestiona ese objetivo. Su estimación sobre lo que ocurrirá en el mercado laboral vuelve a ser mucho más negativa que la que maneja el Gobierno. La tasa de paro, según estas nuevas estimaciones, rondaría el 15% en 2009, dos puntos y medio más que lo vaticinado por el Ministerio de Economía y el nivel más alto de entre todas las economías desarrolladas. En ninguno de esos países la tasa de paro alcanza los dos dígitos.

Las implicaciones sobre las cuentas públicas serían inmediatas: con menos empleo disminuyen los ingresos fiscales, aumentan los gastos por subsidios de paro y el déficit público se amplía.

Al referirse al caso de España, los técnicos del FMI quisieron reconocer "la ejemplar política fiscal" española, con superávit en la última legislatura y recortes de la deuda pública hasta situarla por debajo del 40% del PIB. Y destacar que esa política es lo que ha permitido al Gobierno adoptar medidas de apoyo fiscal (los 400 euros de desgravación en el IRPF) o, ahora, de soporte al sector bancario (con el fondo de 50.000 millones para comprar títulos de deuda a los bancos).

Pero si se cumple el pronóstico del FMI se pondrá en evidencia que ese margen de maniobra es cada vez más reducido. -