"La plantilla se queda corta"
A pocos metros del hospital Infanta Cristina de Parla (atiende a una población de 135.957 personas), un cartel indica que por allí transcurre una vía pecuaria. Sin embargo, el entorno está repleto de coches. Muchos de los que acuden al centro no están dispuestos a pagar entre 1,4 y 1,8 euros por cada hora.
Dentro, uno tiene la sensación de visitar un gran edificio de oficinas. Amplios pasillos que distribuyen las diferentes consultas y despachos, así como las zonas de hospitalización. En la primera planta, Juan José Coronado, vecino de Parla que roza los 60, reconoce que se manifestó para reclamar un hospital público y a cambio le han construido un hospital gestionado mediante una concesión administrativa en la que todos los servicios no sanitarios son privados. "No me gusta el modelo, pero a los profesionales y a las instalaciones no se les puede poner ninguna pega", asegura.
El hospital, que comenzó a funcionar el pasado 25 de febrero, no está al máximo rendimiento. De hecho, de las 247 camas con las que cuenta, sólo 136 están abiertas. "Falta personal. Y eso que aún hay gente que sigue acudiendo al hospital de Getafe", explica una enfermera que trabaja en el servicio de Urgencias. Un médico del departamento de Ginecología que antes trabajó en la maternidad del Santa Cristina, reconoce la escasez de personal: "Se nota, aunque se suple con ilusión y trabajo". Otro médico de la especialidad digestiva, asegura que "todavía hay mucho menos personal en los nuevos que en los antiguos". Para el hospital, sin embargo, "el personal está equilibrado a las necesidades del centro", según un portavoz.
Los problemas son mayores entre el personal no sanitario, según CC OO. "Son muy pocos y su situación laboral es precaria", explica. Uno de los celadores de Urgencias asegura que no dan abasto. "Somos parte de la atención al paciente, pero tenemos la categoría de conserje", destaca. Gana unos 900 euros al mes, lo mismo que los administrativos y 100 euros más que los trabajadores de limpieza. Todos dependen de la empresa adjudicataria, una filial de Sacyr.
Francisco de Gregorio ha ido a hacerse una vasectomía. "Apenas han tardado una semana en llamarme". Y continúa: "Antes vine por problemas de estómago y aquí me han hecho pruebas que no me habían hecho en otros". Está contento con su nuevo hospital, pero no le gusta que una parte de los servicios esté en manos de una empresa privada.
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