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SONDEO DE METROSCOPIA

El 52% apuesta por Ciudadanía optativa

La sociedad se divide entre quienes consideran la inmigración positiva (44%) o negativa (41%)

La polémica desatada por la decisión del Consell de impartir la asignatura de Educación para la Ciudadanía en inglés y el rechazo que ha despertado en buena parte de la comunidad educativa se traduce en una división de opiniones entre los valencianos casi a partes iguales. La encuesta de Metroscopia muestra una división similar cuando se pregunta si la inmigración es un fenómeno positivo o negativo.

El 47% cree que dar Ciudadanía en inglés es positivo y el 45% opina que no
Un 37% de personas opina que el Consell boicotea la asignatura
El porcentaje que considera negativa la inmigración crece un 10% en un año
Un 55% sostiene que los extranjeros empeoran la calidad de la sanidad

En torno a la asignatura de Ciudadanía existe una polarización social que, vista en detalle, se llena de matices. Un 52% opina que debería ser optativa -como aboga el consejero de Educación, Alejandro Font de Mora-, frente al 41% que apuesta por que se imparta de forma obligatoria -como ha establecido el Ministerio de Educación-. Sin embargo, votantes populares y socialistas se encuentran divididos en este debate: un 31% de votantes del PP creen que esta materia debe ser obligatoria y un 39% de quienes apoyan al PSPV cree que tiene que ser optativa.

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El equilibrio de opiniones se muestra en toda su crudeza ante la pregunta de si impartir la asignatura en inglés es positivo o no. De hecho, este aspecto ha sido el principal tema de debate, junto con la forma elegida para sacar adelante esta asignatura, con un docente que imparte la materia y un profesor de inglés que hace de traductor del primero. La opinión mayoritaria (47%) es que es positivo, mientras el 45% consideran lo contrario.

La divergencia más clara (17 puntos de diferencia) se muestra a la hora de interpretar de forma positiva o negativa el sentido de introducir el inglés en Educación para la Ciudadanía. El 37% entiende que detrás de las políticas del Consell existe una voluntad de boicotear su enseñanza y emplearla como arma arrojadiza contra el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Frente a este porcentaje, un 54% lo ven desde el ángulo opuesto: un 12% opina que se trata de un intento de elevar el nivel de docencia y un 42% que responde a mejorar el conocimiento del inglés.

La inmigración es otro de los temas que genera controversia entre los ciudadanos. Es ligeramente mayoritario (44%) el bloque de los que consideran la inmigración positiva (41%) y muy positiva (3%). Frente a este grupo de valencianos, un 40% cree que se trata de una cuestión negativa (31%) o muy negativa (10%).

Estos datos arrojan una sensible diferencia respecto a los de la encuesta del año anterior, probablemente debido al distinto horizonte económico de hace un año y el que existe actualmente, marcado por la crisis financiera que sacude al mundo. Respecto a 2007 ha ganado peso el número de valencianos que ven con recelo la llegada de personas de otros países. En la pasada encuesta, la cifra de quienes encontraban negativo (25,2%) y muy negativo (5,6%) el fenómeno migratorio sumaba un porcentaje del 30,8% de valencianos, es decir, casi un 10% menos que este año. Quienes se encontraban en el extremo opuesto sumaban un 46,8% -un 42,% veían la inmigración positiva y un 4,4% muy positiva-, una cifra muy similar a la de este año (44%).

Los dos bloques que manifiestan opiniones contrarias al entender la inmigración como un hecho positivo o negativo se mantienen, con ligeros matices, a la hora de opinar si su llegada beneficia a la economía valenciana. Un 45% considera que le viene bien al sistema económico y un 39% considera que le perjudica. En ambas cuestiones -inmigración positiva-negativa e inmigración beneficiosa-perjudicial para el sistema económico- se contraponen las opiniones mayoritarias de los votantes de PP y PSPV: entre los primeros el 55% cree que la llegada de inmigrantes es un hecho negativo y el 50% que perjudica a la economía, mientras que entre los segundos, la mayoría opina justamente lo contrario: la inmigración es, en conjunto, positiva (53%) y beneficia al desarrollo (56%).

Al margen de estos posicionamientos, el aspecto que más unanimidad suscita es la opinión de que los trabajadores extranjeros que hayan cotizado a la Seguridad Social cobren la prestación por desempleo. Un 95% de los encuestados están de acuerdo frente a un paupérrimo 4% que no lo está. También existe bastante consenso en considerar que los inmigrantes que acuden a la Comunidad Valenciana a trabajar son más de los necesarios: un 72% de los consultados opinan de esta forma frente al 21% que considera que los que hay son la cantidad adecuada.

Más dividida está la opinión de que si presencia de inmigrantes empeora la calidad de la asistencia en los servicios sanitarios. Un 55% está convencido de ello frente al 43% que opina lo contrario. El escenario es el contrario en cuanto a los posibles efectos en el sistema educativo. En este caso, la mayoría (52%) considera que no afecta a la calidad de la enseñanza frente al 42% que manifiesta que no repercute en unas peores condiciones docentes.

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