La fusión a dos se estanca ante la falta de mayoría para aprobarla en la Kutxa

El tiempo corre y la fusión a dos entre la BBK y la Kutxa no avanza. Si hace sólo un mes el proyecto se presentaba prácticamente cerrado, hoy se encuentra aún en el aire. Desde el primer momento, los dos presidentes que protagonizan la integración, Xabier de Irala y Xabier Iturbe, no se han querido "tirar a la piscina". Su compromiso es que el proceso, que defienden si reservas de ningún tipo, no encalle en las asambleas por falta de votos. Hoy por hoy, según fuentes de las entidades, la integración sigue frenada en la asamblea de Kutxa, donde falta un voto para alcanzar los dos tercios precisos para reformar los estatutos. Nadie descarta que se pueda conseguir este apoyo, pero el reloj corre y para cerrar la fusión antes de final de año sería necesario celebrar las asambleas que modifiquen los estatutos a mediados de noviembre lo más tarde.

En el proceso de fusión es clave el sindicato CC OO, con el que se ha negociado más fondo la operación. Los contactos marchan a buen ritmo, pero se han quedado bloqueados en la cuestión de las prejubilaciones y el rejuvenecimiento de la plantilla. La central, cuyos votos son imprescindibles en las asambleas de ambas entidades, se encuentra a la espera de que las direcciones de ambas entidades respondan a sus propuestas en ese aspecto. Nada hace pensar que sólo esta cuestión impida el acuerdo.

En las dos cajas se reconoce que la situación de la asamblea de la Kutxa ralentiza el avance en la operación. En la BBK los votos de PNV-EA (59), EB (2) y CC OO (8) valen para superar los dos tercios de la asamblea (67). En Kutxa todo es más complicado. PNV-EA (51), CC OO (9), EB (3), Aralar (1) y el sindicato de empresa Pixkanaka (2) se quedan a un voto (66) de la mayoría requerida. Pero la situación está complicada para pescar un apoyo más. El pronunciamiento de ELA no ha sido favorable, tampoco el de LAB. Y la plataforma de impositores de la izquierda abertzale Banatuz, impulsada por este sindicato, no parece que pueda votar en sentido distinto. Tampoco parece que el voto necesario pueda provenir de los compromisarios del PSE o el PP, partidos frontalmente opuestos a la iniciativa. Así las cosas, la negociación de los acuerdos de la fusión avanzan despacio, a la espera de que se confirme la mayoría en la Kutxa. Desde las dos cajas se asegura que los presidentes no van a convocar las asambleas para modificar los estatutos si no tienen amarrada la mayoría necesaria.

Mientras, los plazos corren y peligra el propósito de Irala e Iturbe de cerrar la fusión antes de final de año. En primer lugar, para poder consolidar los balances cerrados de 2008 de ambas entidades y, después, para evitar que se convierta en materia de disputa en las elecciones autonómicas. La fusión a dos, como antes la integración a tres (incluida la Vital), se mueve en el alambre y corre el riesgo de ser una nueva tentativa frustrada por la desvertebración política de la comunidad autónoma.

Si las dos cajas logran el visto bueno de sus asambleas al cambio de estatutos, los plazos empezarían a correr. Las entidades tendrán que convocar sus consejos de administración para aprobar los acuerdos de fusión y de intenciones, con un balance cerrado y auditado al tercer trimestre del año. También deberá presentarse el proyecto de estatutos y de reglamento electoral de la nueva caja.

Una vez que los consejos hayan dado luz verde a este material, las entidades deben enviarlo al Tribunal de la Competencia. En el calendario más favorable, debe transcurrir un mes entre el consejo y la asamblea en que se apruebe la fusión. Pero, haya o no mayoría para la integración, las cajas deben celebrar sus asambleas ordinarias este trimestre.