El rector Pérez reclama a la UPV que no caiga en el "cainismo"

La Universidad del País Vasco (UPV) celebró ayer su última ceremonia oficial de apertura de curso con Juan Ignacio Pérez a su frente como rector. El actual máximo mandatario de la universidad pública aprovechó su discurso, a dos meses de las elecciones, a las que no concurrirá tras su derrota en mayo, para defender los logros cosechados en su mandato y alertar a la comunidad universitaria de los riesgos que cree acechan a ese progreso. El principal que ve es "el cainismo que se ha instalado en nuestro país como subproducto de la confrontación político-identitaria".

Por ello, Pérez instó a no utilizar la universidad "como trinchera en el combate ideológico-político". La pugna entre los sectores nacionalistas y no nacionalistas en la universidad es una de las claves de los próximos comicios. "Los debates extraacadémicos nos hacen mucho daño", alertó, matizando que la UPV sí que debe rebelarse ante el terrorismo etarra. El rector aseguró tras su derrota que intentaría evitar que la institución sea gobernada por criterios sindicales, en alusión a los catedráticos próximos a CCOO que propugnaron el voto en su contra.

El segundo riesgo del que habló ayer sonó como un reporche a los doctores que votaron en su contra por sentirse agraviados en la asignación de pluses salariales el curso pasado. Pérez criticó la tendencia al "acomodamiento y la autocomplacencia, a tener un concepto particularmente elevado de uno mismo". "Si añadimos una dosis de corporativismo, la conclusión es inevitable: nos resistimos a ser medidos, comparados, lo que nos puede condenar a la mediocridad", concluyó.

No escatimó tampoco duras palabras hacia las actitudes "localistas" ante los retos a los que se enfrenta la universidad, como la convergencia europea, la movilidad y el plurilingüismo.

Distinguió entre el "localismo vasquista que se opone a la apertura al exterior", bajo pretextos como la defensa del euskera, y el de aquellos que limitan la aplicación de sus conocimientos al entorno local. "Es una renuncia al contraste exterior, al intento de estar en pie de igualdad con los mejores. El conocimiento de alto nivel, o interesa lejos de casa o tiene interés limitado", sentenció. Se despidió, pese a esas advertencias, agradeciendo la lealtad de su equipo y el esfuerzo de la comunidad universitaria por progresar.