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Cadena humana en vez de consulta

El PNV reconvirtió ayer la consulta soberanista que no se celebrará el próximo 25 de octubre en una movilización que intentará sacar a la calle a su defraudada militancia. Tratará de unir con una cadena humana la histórica Gernika con la capital de Euskadi, Vitoria. Así llenará la fecha en la que se cumplen 29 años de la aprobación en referéndum del Estatuto de Autonomía, y que los nacionalistas no festejan.

La fiesta del PNV dio a sus bases la oportunidad de participar en la única respuesta a la anulación de la consulta de Ibarretxe: estampar la firma al pie de un manifiesto. Lo suscribió antes del acto la ejecutiva del PNV, con Urkullu a la cabeza, que no mencionó, como tampoco Ibarretxe, la demanda contra España ante el Tribunal de Estrasburgo.

Ayer se conoció también que el Gobierno vasco gastó 30.000 euros en enviar 1.630.000 papeletas con las preguntas de la consulta a los hogares vascos. No prevé otras acciones con los 5,1 millones que habilitó para la iniciativa.

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