Anderson reivindica el cine independiente al recoger el premio Fipresci

El director estadounidense Paul Thomas Anderson reivindicó ayer el cine independiente frente a la maquinaria "en crisis" de Hollywood, horas antes de recoger en la clausura del festival el premio Fipresci de la crítica internacional por su película Pozos de ambición.

Anderson destacó en una conferencia de prensa que el reconocimiento al cine independiente es cada vez más unánime y universal, por lo que puso en duda que la crisis general le afecte más que a la gran industria. "Sé que hay mucho pánico en Hollywood, y que se habla de divisiones pequeñas de la industria cinematográfica que se están cerrando, lo que puede suponer el fin del cine independiente", señaló el director, pero recordó que eso es algo que ya se ha dicho otros años. "Hay un momento de estancamiento y, de repente, surgen dos o tres películas maravillosas. Es tan transitorio como todo lo que ocurre en el mundo del cine", indicó.

Anderson se refirió al último trabajo de Jonathan Demme, Rachel getting married, de la que dijo que es una gran película. A su director le atribuyó ser una de sus mayores influencias, hasta el punto de que dijo que acudió al Festival de Cine de San Sebastián "porque sabía que estaría aquí".

Paul Thomas Anderson ha rodado cinco largometrajes y en 2000 ya recibió el premio Fipresci por Magnolia, la película que le consagró. El cineasta dijo ayer que no tiene ningún plan concreto para una nueva película, aunque señaló que le encantaría trabajar de nuevo con Daniel Day Lewis, protagonista de Pozos de ambición, papel por el que consiguió un Oscar.

"Hemos planeado hacerlo en los próximos años", dijo el director, quien, al ser preguntado por la posibilidad de haber elegido a otro actor para su película, afirmó que escribió el guión y planificó la película "pensando en él".