Inocentes sin 'copyright'
Los agentes de aduanas de EE UU, autorizados a copiar los ordenadores de todos los viajeros, sean o no sospechosos
El control es más arbitrario de lo que se creía. Los agentes de policía de frontera de Estados Unidos pueden no sólo inspeccionar y copiar el contenido de libros, ordenadores y otros dispositivos electrónicos de los viajeros sospechosos, como se comunicó en julio. También pueden retener y copiar información personal sin necesidad de tener indicios o dudas acerca de si la persona en cuestión ha participado o tiene intención de hacerlo en cualquier acto delictivo, según se ha sabido tras la desclasificación de una serie de directivas internas del Gobierno estadounidense.
El pasado mes de julio, el Departamento de Seguridad Interior ya había anunciado que a cualquier viajero que llegara a un puerto de entrada de EE UU se le podría retener para examinar los datos que tuviera. Lo que el Gobierno no reveló entonces es que ha revocado una medida de 1986 según la cual, para que se pudiera copiar la información personal de un viajero, los agentes debían tener sospechas razonables de que la persona en cuestión podía tener un historial delictivo o la intención de participar en un atentado terrorista.
Los datos se guardarán "por tiempo indefinido" en una biblioteca
Los términos de las nuevas directrices los ha revelado esta semana la Fundación Frontera Electrónica y la asociación de derechos humanos Asian Law Caucus. Ambas instituciones denunciaron al Gobierno de EE UU en febrero para que revelara las directrices que los agentes siguen en el registro de viajeros.
Ahora se sabe que el año pasado la Casa Blanca autorizó a los agentes de policía fronteriza a que "analicen y revisen" documentos de cualquier ciudadano extranjero o americano, aunque no haya sospechas de que esta persona tenga intención de participar en un atentado. Estos documentos se guardan "por un razonable espacio de tiempo", en una inmensa biblioteca que atesora todo tipo de datos personales, desde libretas de contactos a correos electrónicos supuestamente confidenciales.
"Durante más de 20 años, el Gobierno implícitamente reconoció que leer y copiar misivas, diarios y documentos personales de los viajeros sin motivo aparente hubiera enervado a los americanos", dijo ayer en un comunicado Shirin Sinnar, abogada del Asian Law Caucus. "Pero ahora, los agentes de frontera pueden examinar los pensamientos y las vidas de personas comunes, sin tener ningún tipo de sospecha".
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