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Las discográficas vascas lanzaron 77 nuevos títulos el año pasado

En 2000, mucho antes que la crisis global, llegó la crisis discográfica, el principio del fin del CD como soporte musical predilecto y claramente rentable. Cuatro años después las empresas del sector asumieron que la unión hace la fuerza y decidieron sumar esfuerzos para alcanzar objetivos comunes, aun siendo competencia directa. Y otros cuatro años después, el fruto de esa iniciativa, la Asociación de Discográficas Vascas (EHDE, según sus siglas en euskera), ha hecho públicos los resultados globales del primer estudio a fondo sobre su actividad, que cifra las ventas medias anuales de cada uno de sus discos en 1.586 ejemplares.

Entre septiembre de 2007 y el día de hoy, las diez discográficas que agrupa han puesto en circulación 179.688 ejemplares de 77 álbumes, de las cuales se han vendido 122.149, el 68%. Del total de discos sacados al mercado, 55 son en euskera y diez instrumentales. La la venta digital, la descarga legal de archivos de audio a través de Internet, apenas representa el 10% del total.

Esas cifras reflejan el volumen de negocio de una asociación que incluye a la veterana discográfica Agorila, fundada en Bayona a mediados del siglo pasado, a la donostiarra Elkar, que cuenta con un fondo de catálogo de más de 1.000 referencias, y a Gor Diskak. Marino Goñi, responsable de esta empresa pamplonesa, es también el presidente actual de EHDE, y lamenta la reciente escisión de Gaztelupeko Hotsak, Errabal, Munster y Brixton Records, que han creado su propia asociación. "Siempre que hay dos sectores se debilita el poder que podríamos tener ante las instituciones, medios de comunicación, etc.", reconoce Goñi.

La sartén por el mango

Distintos estudios estiman que el volumen de ventas de las discográficas se ha reducido un 40% en los últimos ocho años, una deriva a la que habrá que sumar las previsibles consecuencias negativas de la crisis económica actual, pero la asociación vasca contempla el futuro con optimismo. "Con Gor ya vivimos la crisis de 1992, y aguantamos. Somos duros y estamos aprendiendo mucho desde el año 2000", afirma Marino Goñi, quien piensa que la mejor manera de compensar la reducción de ingresos que genera la imparable bajada de las ventas es apostar por asumir la "gestión integral del artista". "Supone arriesgar y lanzar no sólo sus discos. Vamos a lanzar también su directo y su imagen, un poco todo", resume el empresario navarro.

Considera, igualmente, que el trabajo de las discográficas sigue siendo imprescindible, ya que todos los negocios musicales tienen su origen en los discos. "Seguimos teniendo la sartén por el mango, porque sin discos no hay nada que hacer".

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