Pedro Masó, un hombre de cine
Pedro Masó era un hombre bajito, "pero muy vital, pasional y visceral", como a él le gustaba definirse. Ésa era, en efecto, la imagen que daba: nervioso, vehemente, activo, polémico... Ayer murió en Madrid, a los 83 años. Nacido en esta misma ciudad en 1925, comenzó a trabajar en el cine como actorcito de bulto a los 14 años, en plena posguerra: "Empecé como actor, a 27 pesetas con 50 céntimos, en una película que se llamaba Castillo de naipes", recordaba en 2003.