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Poco control y a distancia

Luis Gómez

Patrimonio Nacional gestiona algunos aspectos del Valle de los Caídos, tales como el mantenimiento del edificio, la venta de entradas o la seguridad. No ejerce ningún control sobre la basílica, la hospedería, el centro de estudios o la escolanía, cuya gestión depende de los monjes benedictinos, "que darán cuenta a sus superiores de cuanto allí realizan", afirma una fuente de Patrimonio. La relación entre benedictinos y Patrimonio es correcta pero distante.

Sobre los actos que allí se celebran, Patrimonio sólo ejerce un control "por razones de seguridad" de los relacionados con el 20-N. Para dichos actos, de contenido político y exaltación del anterior régimen, sí hay una serie de limitaciones y se ejerce un control de acceso de visitantes. El resto del año son los benedictinos quienes disponen de cuantas misas y eventos se organizan en el interior. Lo mismo sucede con la gestión de la escolanía y de la hospedería. El pasado 14 de septiembre se celebró en la basílica un acto religioso en conmemoración de los 50 años de la inauguración del mausoleo, acto presidido por Rouco Varela, arzobispo de Madrid, que pasó totalmente inadvertido.

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