Tranvías
El Ayuntamiento vuelve hablar con convicción de unir por la Diagonal los dos tranvías que circulan por los extremos de la misma y parece que hay menos oposición a la idea que cuando en 2004 se reintrodujo en la ciudad este transporte. Aquel mismo año, en unas jornadas internacionales sobre ciudad y tranvía, el arquitecto Lluís Cantallops ya advertía (www.tramvia.org/) de que la Diagonal no es un atajo para coches, sino el gran eje cívico de la ciudad que aspira a estar bien equipado en el primer decenio del siglo XXI. Y se preguntaba: "¿cómo es posible mantener un eje cívico con la densidad de tráfico rodado actual, con la contaminación acústica y atmosférica que soporta?".
En los blogs no parece haber mucho descontento con la idea, aunque en alguno se habla de obra faraónica y se teme que, iniciadas a destiempo, sin alternativas de transporte que descongestionen la avenida, las obras organicen un jaleo como en Lesseps (esadir.blogspot.com/).
El primer tranvía, tirado por caballos, circuló en Barcelona en 1872. El dato puede leerse, entre otros lugares, en gaudiclub.com, cuya historia del tranvía pasa inevitablemente por 1926, cuando un vehículo de la línea 30 atropelló mortalmente a Antoni Gaudí. Esta historia del tranvía en Barcelona termina en 1972 cuando se cierran las dos últimas líneas de la ciudad.
En la Red hay una cuantiosa literatura a favor del tranvía, menos contaminante que el autobús y que circula en más de 50 países. Con melancolía, pero sin ánimo de resucitarlo, en cv.uoc.edu/~jmora/misc/trolebus.html, recuerdan una extraña especie que circuló por la Barcelona de posguerra: el trolebús. El 7 de octubre de 1941, se inauguró la primera línea. Estos vehículos mixtos se denominaban filobuses. Eran como autobuses con tracción eléctrica que la tomaban, gracias a unas pértigas en el techo, de conducciones aéreas. Su aparición se explica, entre otras razones, porque en plena Guerra Mundial era muy difícil abastecerse de combustible para los autobuses.
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