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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Más allá del carmín

Sarah Palin crece cuanto más ataques recibe y consigue alejar a McCain de la imagen de Bush

Sarah Palin se definió a sí misma como un pitbull con pintalabios, ante el regocijo de sus seguidores republicanos, hasta entonces desconcertados por el tirón de Barack Obama. La pegada de su imagen de madre de familia dura y valiente, que compatibiliza la política de un Estado remoto con su familia numerosa y está dispuesta a flanquear a John McCain como comandante en jefe de un EE UU en guerra, va más allá del propio campo republicano y erosiona incluso al electorado arrastrado por Hillary Clinton. Por eso no podía ser más desafortunada la frase de Obama, que ha recurrido a un modismo para descalificarla a ella y a su promesa de cambio republicano: "Uno puede ponerle pintalabios a un cerdo y seguirá siendo un cerdo".

La frase ha sido revirada y denunciada como antifeminista. Y es un buen revelador del desconcierto reinante en el campo demócrata, donde se comprueba cómo las críticas a Palin sólo sirven para catapultarla más y más a la fama hasta convertirla en un auténtico fetiche de la política norteamericana. La identificación de la candidatura de McCain con Bush, de quien ha heredado incluso el equipo de expertos que dirige ahora la campaña, ha quedado en un plano perdido, gracias a la personalidad de la gobernadora y su poder de atracción. No era otro el efecto que querían buscar esos asesores, tal como reflejan los sondeos en los que ya ha quedado invertido el orden de preferencias.

Sarah Palin podría revelarse también una flor efímera. Sus carencias políticas, que no son pocas, quizá emerjan cuando entre en el mano a mano televisado con su rival demócrata, el avezado senador Joe Biden, el 2 de octubre. Pero no está excluido que la inexperta política provinciana se zampe al veterano resabiado. Mientras tanto, los republicanos están explotando eficazmente su personalidad, como una política ajena al sistema, que comunica a través de una agenda moral muy conservadora con una amplia porción del electorado, entre el que se encuentran votantes independientes, mujeres y obreros blancos. Obama es el elegido indiscutible de los europeos, según una encuesta de la BBC, pero eso no significa que lo sea ni mucho menos para los americanos.

El peligro para McCain es que el tirón de la joven gobernadora le convierta a él en telonero, pues es Palin y no el senador, plúmbeo en sus discursos, quien arrastra público en sus mítines; y que esto gravite al final negativamente sobre los votantes.

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