Un barco gasolinera vierte 25 toneladas de fuel en el puerto de Tarragona

Tarragona no gana para sustos. Tras los recientes incidentes en las centrales nucleares de Ascó y Vandellòs, ayer le tocó el turno al puerto de la ciudad, que se tiñó de negro chapapote. Un barco gasolinera que estaba amarrado en el muelle de Reus se hundió por la mañana por la parte de popa, y vertió al agua más de 25 toneladas de combustible. La sangre no llegó al río; o en este caso, el fuel no arribó al mar. Gracias, sobre todo, a la rápida instalación de una doble barrera de contención que dejó las manchas de fuel dentro del recinto portuario.

La investigación apunta a que una maniobra causó el hundimiento

El accidente sobrevino a primera hora de la mañana y obligó al Gobierno central y a la Generalitat a activar la fase de alerta de sus planes de emergencia contra la contaminación marina. No hubo heridos ni daños, y la actividad normal del puerto tampoco se vio afectada por el vertido, ya que el accidente ocurrió en una zona alejada de las rutas de entrada y salida de naves.

La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, llegó por la tarde a Tarragona para afirmar que el vertido estaba "controlado" y para decir a los ciudadanos que "pueden estar tranquilos", a pesar de que en ningún momento hubo episodios de tensión en una jornada que fue, eso sí, frenética.

Savinosa, una gabarra de 36 metros de eslora, estaba destinada a suministrar combustible a otras embarcaciones de mayor tamaño. Tras 24 años de servicio, sus dueños estaban a punto de retirarla de la actividad el próximo mes. Tenían la obligación de hacerlo, por otro lado: la nave era de las de monocasco y, por tanto, no podía navegar a partir del año que viene por una nueva normativa europea que obliga a los barcos petroleros a disponer de doble casco. Esta medida de refuerzo les protege ante posibles accidentes o fugas. Su licencia caducaba en noviembre, confirmó la empresa propietaria (Boteros y Armadores) y denunciaron grupos ecologistas.

La vieja barcaza no llegará a la jubilación. Pero, ¿cómo es posible que la Savinosa se hundiera si estaba amarrada y bien amarrada en el muelle de Reus? Es la pregunta que se hacen todos, empezando por la ministra. "Es difícil de comprender". Por ese motivo, una de las hipótesis es que la nave había iniciado la salida y que "alguna maniobra extraña" causó el accidente, según fuentes de la Autoridad Portuaria de Tarragona. Lo que está claro -los buzos lo constataron- es que no había golpes en el casco.

La gasolinera flotante estaba cargada con 1.000 toneladas de combustible -750 de fuel y el resto, de gasóleo- distribuido en 10 tanques. Los técnicos se las ingeniaron para que el vertido no escapara del puerto. Y lo lograron. Sólo 1.000 litros de fuel escaparon de las barreras de contención.

Los trabajadores contaron con la ayuda inesperada del viento de Levante, que "ayudó a confinar el fuel" en una zona acotada, explicó a este diario el director de Protección Civil, Josep Ramon Mora. Los barcos tipo pelícano absorbían el chapapote arrojado al mar. Mientras, los técnicos vaciaban la gabarra a través de los depósitos, las grietas y los conductos de ventilación. El trabajo no había acabado ayer por la noche, y llevará "horas, e incluso días" terminarlo, indicó Mora.

La última tarea será reflotar el barco y dejarlo en la superficie, donde ahora asoma la proa. Una grúa se encargará de que la Savinosa emerja por última vez.