Bajo el volcán
Escritora agorafóbica, maniática y completamente incapacitada para ese sentido de la aventura que consigue articular frente a la pantalla del ordenador, Alex Rider, el personaje interpretado por Jodie Foster en esta imperfecta -aunque no exenta de encanto- película familiar, bien podría ser la respuesta de la era Internet a esa Joane Wilder que encarnó Kathleen Turner en la estimable Tras el corazón verde, de Robert Zemeckis. Adaptación de una novela infantil escrita por la autora afincada en Australia Wendy Orr, La isla de Nim propone un medianamente sofisticado juego de espejos alrededor de la idea de la aventura como simulacro: en una isla volcánica que podría contener la última posibilidad de la aventura, una niña fantasea con un héroe imaginado por una náufraga de sí misma. La escritora comparte nombre con el héroe que ha creado y éste, a su vez, comparte rostro con el padre de la joven protagonista en su fértil universo imaginario.
LA ISLA DE NIM
Dirección: Jennifer Flackett, Mark Levin.
Intérpretes: Jodie Foster, Abigail Breslin, Gerard Butler.
Género: aventuras. EE UU, 2008.
Duración: 96 minutos.
Jennifer Flackett y Mark Levin, matrimonio y tándem creativo a un tiempo, han logrado con La isla de Nim un heterodoxo ejemplo de película para toda la familia que se abre y se cierra aprovechando el poder evocador de las ilustraciones de un libro infantil: en medio, queda la aventura de conquistar lazos afectivos en tiempos de aislamiento globalizado y la posibilidad de generar espejismos -en forma de libro o de travesuras orientadas a repeler la invasión de piratas/turistas- como único camino posible para introducir algo de narrativa al Paraíso o al Infierno privado de cada uno. Lástima que esta historia de una niña y una escritora que sueñan al mismo héroe no sea algo más carismática.
Babelia
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