El PSOE ordena a sus presidentes y alcaldes contener sueldos y gastos

La crisis económica protagonizó el debate en la primera sesión de la Ejecutiva Federal del PSOE tras las vacaciones veraniegas. Y se tradujo en algunas decisiones políticas, como la petición de comparecencia del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en el Congreso para informar sobre la crisis. También, en la reclamación a los altos cargos socialistas en las administraciones central, autonómica y local de un esfuerzo de austeridad para combatir las dificultades económicas con una reducción del gasto público, que se materializará en una congelación salarial y en una mayor sobriedad en los presupuestos del próximo año.

Esta última decisión, anunciada por el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, al finalizar la reunión de la Ejecutiva, afectará a los altos cargos de nueve gobiernos autonómicos y a los alcaldes y concejales de los 3.032 ayuntamientos españoles en que gobiernan los socialistas, que suponen casi un 40% del total de los municipios. La petición llega después de que el Gobierno haya decidido reducir en 2009 y por primera vez el fondo estatal que destina a financiar los municipios.

Las medidas de austeridad, anunciadas ayer de modo genérico por José Blanco, serán precisadas en un encuentro que el vicesecretario general del PSOE mantendrá en los próximos días con los secretarios provinciales del partido. Con esa decisión, la Ejecutiva Federal del PSOE sigue la pauta que marcó el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en su intervención en el Consejo Económico y Social, el pasado 23 de junio. Se comprometió entonces a congelar los sueldos del Consejo de Ministros y de los altos cargos socialistas y a reducir el gasto corriente.

Con la congelación salarial de los altos cargos, el recorte del gasto corriente y la reducción de la oferta de empleo público de 35.900 a sólo 10.700 plazas que anunció Zapatero en junio, el Estado ahorrará unos 250 millones de euros. Zapatero dedicó la parte sustancial de la reunión de la Ejecutiva socialista a analizar la situación económica al regreso de las vacaciones. Admitió que la economía española atravesará por unos "meses con dificultades", ya que no se volverá a la senda de crecimiento hasta el segundo semestre de 2009.

Apuntó que la recuperación económica puede adelantarse o retrasarse sobre esa fecha en función de cómo evolucione el precio del petróleo, cuya moderación ha provocado una ligera bajada de la inflación, del 5,3% en julio al 4,9% en agosto.

En la hipótesis de que el precio del petróleo mantenga la tendencia bajista, la inflación podría acabar el año por debajo del 4%, lo que abriría la puerta para que los tipos de interés bajen, señaló el presidente.

Zapatero reiteró las líneas generales de su política frente a la crisis. En esa línea situó el proyecto de los Presupuestos Generales del Estado, con el apoyo a la inversión en infraestructuras y a la investigación y desarrollo, así como el mantenimiento de las políticas sociales, haciendo hincapié en el aumento de las pensiones mínimas, el salario mínimo y el de las becas.