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KENNETH WARREN | Experto de EE UU en alcoholismo

"La pérdida de productividad es el gran coste económico del abuso de alcohol"

Sólo en Estados Unidos, unas 12.500 personas mueren al año por abusar del alcohol, una sustancia que las sociedades modernas siguen sin considerar una droga, critica Kenneth Warren. Responsable de un instituto dependiente del Gobierno federal que realiza proyectos de investigación y prevención, y apoya a grupos de investigación en todo el mundo, Warren ha participado recientemente en un congreso organizado por el CIC Biogune en Bilbao.

Pregunta. ¿Qué consecuencias tiene abusar del alcohol?

Respuesta. Utilizamos el índice DALY, que mide la pérdida de esperanza de vida y de habilidades. En las sociedades desarrolladas, el abuso de alcohol es la tercera causa de pérdida de DALY, y en los países en desarrollo con baja mortalidad infantil es el primero. Superar las cinco copas diarias en hombres y cuatro en mujeres provoca consecuencias agudas, como los accidentes de tráfico y la violencia, y otras crónicas, como la adicción y el daño al hígado y el páncreas. El riesgo de desarrollar algún tipo de invalidez aumenta seis veces. No hay evidencias de que sea la puerta a otras drogas, pero es común que quienes beben en exceso tomen otras sustancias, lo que es muy peligroso.

"Se bebe más, pero se está avanzando muchísimo en farmacología"

P. ¿Está medido el impacto tiene el abuso de alcohol sobre la economía de un país?

R. Sólo en Estados Unidos, los costes asociados a los problemas que genera se cifran en 190.000 millones de dólares. Esto incluye la pérdida de productividad, los tratamientos médicos (terapia, transplantes...), los accidentes de tráfico, el tratamiento del síndrome del alcoholismo fetal... De todos ellos, es la menor productividad la que conlleva mayores pérdidas, ya que las personas alcohólicas presentan mayores niveles de absentismo y piden más bajas laborales. Esta realidad se puede trasladar a todos los países del mundo.

P. Los jóvenes abusan del alcohol los fines de semana sin percibir riesgos.

R. Es un gran problema, porque causa accidentes, propicia casos de violencia y de abuso sexual... Además, el alcohol en grandes cantidades es tóxico, por lo que una alta ingesta puede desencadenar la muerte. Empezar a beber antes de los 15 años multiplica por cinco la probabilidad de desarrollar alcoholismo.

P. ¿Es la permisividad social un problema?

R. Hace más complicado crear mensajes efectivos. Nos centramos en dos: no beber antes de los 15 años y no exceder la dosis de 14 copas a la semana para el hombre y 7 en mujeres. El tabaco es dañino en cualquier dosis, así que el mensaje tiene que ser "no fumes". En el caso del alcohol, es más efectivo transmitir que no hay que exceder los niveles seguros de consumo.

P. ¿Pero bastan las campañas de prevención?

R. Hay que organizar una estrategia global que implique a toda la comunidad. Nosotros trabajamos mucho en universidades, sensibilizamos sobre no vender alcohol a menores y organizamos actividades de ocio alternativo. En cuanto al tratamiento del alcoholismo, los grupos de apoyo tipo alcohólicos anónimos ayudan, pero combinados con terapia y fármacos.

P. ¿Qué diferencias hay en el consumo entre sexos?

R. En Estados Unidos los hombres consumen el 70% del alcohol, pero las mujeres, bebiendo menos, tienen más posibilidades de desarrollar enfermedades y lo hacen más rápido. Antes ellas pedían menos ayuda, bebían en solitario en casa, pero con su incorporación al mercado laboral eso está cambiando.

P. ¿Hay motivos para ser optimistas?

R. En la actualidad se bebe más que antes, pero los índices de alcoholismo están bajando gracias a la intervención de las instituciones. Se está avanzando muchísimo en farmacología. En Estados Unidos se han empezado a comercializar dos marcas que reducen el síndrome de abstinencia; cuando la persona bebe suprime las ganas de seguir bebiendo y no te hacen sentir enfermo, como los medicamentos anteriores. Pero no resultan efectivos para todas las personas, por lo que estamos muy implicados con equipos de Alemania y Suecia para desarrollar fármacos más universales Además, ahora podemos reconocer mejor los factores que desencadenan la adicción.

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