70 muertos en un accidente aéreo en Kirguizistán
El piloto detectó un fallo técnico tras despegar y trató de volver al principal aeropuerto del país
Unas 70 personas murieron en la tarde de ayer al estrellarse un avión Boeing 737 al poco tiempo de despegar del aeropuerto internacional de Manás, a unos 30 kilómetros de Bishkek, capital de Kirguizistán, que volaba con destino a Irán. Una veintena de personas logró sobrevivir al impacto y al posterior incendio que devoró casi completamente el aparato. Entre ellos estaba el piloto, según el primer ministro, Igor Chudinov, que añadió que "es difícil hablar con él ahora".
Fuentes del Ministerio de Situaciones de Emergencia de Kirguizistán informaron de que durante el despegue del Boeing 737-200, fabricado en 1979, se produjo un fallo técnico. El comandante decidió regresar al aeropuerto, pero durante el viraje el avión se desplomó sobre un campo labrado, ubicado junto a la localidad de Dzhangui-Dzher, cercana al aeródromo. El primer ministro dijo que los informes preliminares sugieren que el aparato sufrió una pérdida repentina de presión en la cabina.
Itek-Air, la empresa local dueña de la aeronave, está en la lista negra de la UE
El aparato llevaba pasajeros de China, Turquía, Canadá e Irán, adonde volaba
Tras el choque, una de las puertas quedó bloqueada, por lo que la gente intentó escapar del incendio a través de la otra salida, según un portavoz gubernamental. "Hubo una estampida, y muchos de los que estaban a bordo tendrán que ser identificados con pruebas de ADN, estaban carbonizados", añadió.
La confusión acerca de la cifra de personas a bordo del avión y de supervivientes duró toda la noche. Según un portavoz gubernamental, el aparato llevaba 94 personas, 87 pasajeros y siete tripulantes. La portavoz del Ministerio de Sanidad, Elena Bayalínova, habló de 92 personas, de las que 65 habían muerto, tres estaban desaparecidas y 24 habían sobrevivido. El Departamento publicó posteriormente un listado con 22 supervivientes.
El aparato pertenecía a la compañía privada Itek-Air y el vuelo, con destino a Teherán desde Bishkek, estaba fletado por una compañía iraní. La compañía kirguisa propietaria del avión se halla en la lista negra de la Comisión Europea y tiene prohibido operar en los países de la UE. Además del siniestro de ayer, en los últimos dos años se han registrado tres accidentes del modelo Boeing 737, en Brasil, Indonesia y Camerún, con 154, 102 y 114 fallecidos, respectivamente.
Según el primer ministro kirguís, entre los pasajeros había ciudadanos de China, Turquía, Irán y Canadá, aunque no dio más detalles. Una fuente gubernamental citada por Reuters afirma que a bordo viajaban los 17 miembros de un equipo de baloncesto juvenil local, y que siete de ellos habían sobrevivido.
Kirguizistán, país de 200.000 kilómetros cuadrados (casi la mitad de España) y una población de 5.260.000 habitantes, es el único país de Asia Central que dispone de una base militar estadounidense perteneciente a la OTAN (situada precisamente junto al aeropuerto internacional de Manás donde ocurrió ayer el accidente), y otra rusa en Kant, a 30 kilómetros de la estadounidense. La base de la OTAN se instaló en 2001, tras los ataques del 11 de septiembre en Nueva York, y la de Rusia en 2003.
El país se convirtió en Estado independiente en 1991, con la disolución de la Unión Soviética. Pese a contar con recursos energéticos, la economía de Kirguizistán es pobre. La renta media per cápita no alcanzaba en 2006 los 400 euros anuales (la de España el año pasado era de 23.396), y la tasa de crecimiento del PIB fue en el mismo año sólo del 2,8%.
El mandato del actual presidente, Kurmanek Bakiyev, ha estado marcado por las turbulencias políticas y sociales, incluidos los asesinatos de parlamentarios.
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