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Reportaje:

Contra el cáncer de ojo

El hospital de Santiago es pionero en su tratamiento

En 1978, un oftalmólogo de las Fuerzas Armadas americanas cambió el rumbo del tratamiento de los cánceres intraoculares. Entonces, la única cura para estos tumores era la extirpación del ojo. Lorenz E. Zimmerman cuestionó si ésa era la fórmula más adecuada de tratarlos y encendió las alertas entre los profesionales. Gracias a ello, se empezaron a investigar nuevos métodos y la enucleación -la extirpación del ojo- cedió el paso a la radioterapia con el yodo 125.

14 años después, el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS) era el primero en emplear este sistema en España. Esta apuesta por la innovación le ha valido ahora el reconocimiento del Ministerio de Sanidad, que lo ha designado centro de referencia en el tratamiento y estudio de tumores intraoculares del adulto.

"Somos referencia desde hace 30 años porque sólo nosotros trabajábamos en esta área", dice orgullosa la doctora Capeáns, jefa del servicio de oftalmología del CHUS. Ahora ya es oficial. El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud decidió el pasado 18 de junio que el hospital compostelano será uno de los ocho primeros centros de referencia de España que deberán "garantizar equidad en el acceso y una atención sanitaria de calidad" a los pacientes que sufran enfermedades raras. Estas patologías de tratamiento complejo, entre las que se encuentran la fibrosis quística, el lupus o la celiaquía, afectan a cinco de cada 10.000 personas. Según la Federación Española de Enfermedades Raras hay más de 6.000 dolencias de este tipo. En Galicia, más de 21.000 personas sufren alguna.

La doctora Capeáns y la doctora Blanco no pueden afirmar con seguridad cuántos enfermos de tumores intraoculares -que nacen dentro del ojo- hay en España. No existe un registro nacional, pero en Estados Unidos, seis personas por cada millón de habitantes sufren esta patología anualmente. Según esta estadística, en España habría 264 enfermos de cáncer intraocular al año. El hospital de Santiago trata anualmente a 20 de ellos, aunque antes, cuando el CHUS y el hospital Puerta de Hierro de Madrid eran los únicos centros españoles que operaban este tipo de cáncer, el complejo compostelano atendía a 40 pacientes al año. Ahora ya hay centros en Barcelona, Valencia y Sevilla.

"Los tumores se radian con semillas de yodo que se colocan dentro de unas placas redondas en el ojo", explica la doctora Capeáns. "Escogemos las láminas en función del tamaño del tumor y de su distancia del nervio óptico para que la radiación no afecte a este transmisor, que envía la información visual al cerebro". El tratamiento, entre tres y nueve días, no surte efecto a corto plazo. "El tumor nunca desaparece", explica la doctora Blanco, "apreciamos la mejoría en uno o dos años, cuando no crece o se reduce". Sólo se opta por la extirpación del ojo cuando el tumor es muy grande porque "la radiación afectaría a tejidos sanos y provocaría muchas complicaciones", explica.

Ahora hay pocos casos de este tipo. Los cánceres se detectan antes, pero cada vez aparecen en gente más joven, apunta la doctora Capeáns. Lo que no cambia con el tiempo es el índice de mortalidad: la mitad de los pacientes diagnosticados de melanoma intraocular no vive más de 15 años.

El CHUS y los otros tres centros de referencia en este tipo de patología rara -el Clínico de Valladolid, el Institut Català d'Oncologia y el Hospital Universitari de Bellvitge de Barcelona- recibirán del Ministerio el 80% del coste medio de los procesos ambulatorios. El objetivo es potenciar estos hospitales para que sigan investigando y optimizar recursos destinados a enfermedades complejas. Un avance que la doctora Capeáns considera "punto de inflexión" sobre el que ya se ha fijado metas. Quiere reunirse con los jefes de servicio de los demás centros y "hacer un reparto geográfico de pacientes coherente" para evitar desplazamientos a los enfermos.

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