Opinión de un ciudadano
Al margen de lo que piensen los políticos, que nunca está de más, la opinión que nos merece a la mayoría de los ciudadanos la invasión de Osetia del Sur, tanto de tropas georgianas como rusas, es -de nuevo- una demostración de poder entre dos países encontrados, un alarde exhibicionista y armamentístico en toda su extensión que pretende apabullar a su enemigo sin tener en cuenta la destrucción que provoca y las vidas que siega el horror de la guerra.
Ensayos incomprensibles, con actores impresentables. Un gigante como Rusia que, rabiosamente ofendido, se revuelve contra su presa, una manifestación más de la imparable carrera armamentística en la que nos encontramos, un incomprensible e inhumano comportamiento del mundo civilizado, un desprecio irascible hacia la vida del ser humano, una soberbia infinita de poder.
Donde aún prevalecen ideales nacionalistas y trasnochados, donde aún se dirimen la hegemonía de sus territorios por medio de enconadas y cervales luchas por la territorialidad, ancestral y sempiterno problema de la humanidad.
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