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El PSE rechaza que se imponga un 60% de euskera en la reforma educativa

El mínimo del 60% de las asignaturas impartidas en euskera que fija el anteproyecto de ley redactado por el Departamento de Educación para la reforma de los modelos lingüísticos es rechazado frontalmente por el PSE, el principal grupo de la oposición. La parlamentaria socialista Isabel Celaá aseguró ayer que su formación se niega a que se "imponga la obligatoriedad del 60% sin matices". El anteproyecto, todavía pendiente de pasar por el Consejo de Gobierno, establece que los colegios públicos y concertados impartirán en euskera al menos el 60% de las materias, mientras que el resto de la docencia se repartirá entre el castellano y el inglés, fija la preferencia de la lengua vasca en todas las actividades educativas y regula los controles a los que se someterán los alumnos en Primaria y Secundaria para evaluar sus conocimientos, según adelantó ayer El Correo.

Celaá encuentra "un tufo electoralista" en la divulgación de los detalles del anteproyecto, elaborado por el departamento de Tontxu Campos, de EA, en el tramo final de la legislatura. "A la espera de conocer el texto del proyecto, la impresión es mala", explicó a EL PAÍS. "La obligatoriedad de unos mínimos en euskera anula la autonomía de los centros", recalcó.

El anteproyecto obliga además a los colegios a revisar su proyecto lingüístico si sus alumnos no alcanzan los niveles exigidos. En Primaria será conocer y utilizar de manera apropiada las dos lenguas oficiales y desarrollar hábitos de lectura, y en Secundaria, comprender y expresarse correctamente a nivel oral y escrito, elaborar textos complejos e iniciarse en el estudio de la Literatura.

Consenso

La parlamentaria socialista defiende que la reforma de los modelos se base en el respeto a la autonomía de los centros, el trilingüísmo y la adaptación a la realidad sociolingüística del entorno. Celaá reiteró la necesidad de que los cambios estén sujetos a "un consenso de amplias mayorías", para que toda la sociedad puede sentirse "cómoda" con la reforma. "Se puede avanzar, pero conjuntando voluntades", añadió.

La reforma impulsada por Educación se ha ganado el rechazo de la oposición desde el primer momento, fundamentalmente, por la eliminación de la enseñanza en castellano, el actual modelo A, pero también ha generado discrepancias en el seno del Gobierno. Los cambios que el consejero de Educación quiere introducir en el sistema de modelos no cuentan con apoyo del PNV, partidario de una mayor flexibilidad en la implantación de la reforma.

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