La dureza de la crisis inmobiliaria obliga a poner a la venta Habitat
Figueras renuncia a reflotar la firma por el frenazo en la vivienda y el suelo
La crudeza de la crisis inmobiliaria está impidiendo cualquier disciplina para afrontar los planes de viabilidad empresariales. La promotora catalana Habitat, que se salvó in extremis del proceso concursal en febrero al refinanciar los 1.600 millones que debía por la adquisición de Ferrovial Inmobiliaria, ha colgado el cartel de se vende ante la sequía de ventas. La promotora presidida por Bruno Figueras, la quinta inmobiliaria española, está buscando un comprador que inyecte el suficiente capital para rescatarla.
La empresa deberá lograr que la banca acreedora aplique una quita a la deuda
Según fuentes cercanas a la compañía, la operación se efectuará mediante una ampliación de capital, a través de la cual los nuevos socios tomarán el control de la empresa. Las familias Figueras y Suñol, que ahora poseen el 55% de la sociedad, diluirán su presencia y pasarán a segundo plano. Más diluida quedará aún la participación del 25% que tienen, en conjunto, Dolores Ortega, Isak Andic, José Antonio Castro y las familias Rodés y Cuatrecasas.
El principal obstáculo que puede hallar Habitat, como ya sucediera en la refinanciación de la deuda, es la banca. Las fuentes consultadas opinan que será imprescindible que las 39 entidades financieras acreedoras apliquen una quita "considerable" a la deuda. Por ello, Habitat no descarta alcanzar un acuerdo similar al de Colonial, consistente en que las entidades financieras conviertan los préstamos subordinados en participativos. Habitat declinó realizar cualquier comentario sobre esta información, si bien admitió que se están estudiando todas las posibilidades.
Para realizar esta operación Habitat contrató en junio al banco de inversión británico Rothschild. Oficialmente, lo hizo para buscar "nuevas vías de negocio, accionistas y formas de financiar la deuda", que asciende a 1.600 millones de euros. Sin embargo, las fuentes consultadas sostienen que el objetivo es hallar un inversor nacional o internacional, por ejemplo un fondo, que adquiera la compañía. "Difícilmente se encontraría un socio minoritario en las condiciones actuales, de la empresa y del mercado inmobiliario", aseguran. Rothschild está elaborando ahora un infomemo, un memorando con información de la firma, y ha encargado a la consultora PricewaterhouseCoopers que inicie la due dilligence, el proceso para que los interesados rastreen las cuentas y los activos de la empresa. Se prevé que las primeras ofertas lleguen este mes.
La razón de la decisión de poner la empresa a la venta, según las mismas fuentes, es hacer frente al duro plan que fijó la banca acreedora para aplazar y aligerar los pagos de la deuda. Además de hipotecar cerca del 70% de sus activos, la compañía se comprometió a congelar la actividad promotora en los próximos dos años.
La empresa también despidió a cerca de 160 trabajadores, la mitad de la plantilla; vendió activos para hacer caja y pagar los intereses de la deuda, y lanzó una campaña comercial bastante agresiva para estimular a compradores potenciales. Por último, cerró las oficinas de la red de intermediación Don Piso.
Aun así, la tormenta que azota el sector inmobiliario le impide remontar. Según fuentes cercanas a la promotora, Figueras aún puede pagar los intereses, pero la crisis asfixia. Habitat puso todos sus pisos en alquiler con opción a compra y apenas despachó ninguno, los descuentos aplicados a los pisos no han reactivado las ventas, y las transacciones de suelo están paradas. Fuentes financieras añaden que algunos bancos se han quedado con suelo al precio por el que estaba hipotecado.
La firma está en un momento delicado para afrontar el parón. Cerró 2007 con pérdidas de 444 millones de euros, y en abril contemplaba que los números rojos de 2007 a 2010 llegaran a los 650 millones. En abril los fondos propios eran de cinco millones de euros, y el capital social, de un millón. El valor de los activos, según CB Richard Ellis, superaba los 3.000 millones, mientras que la deuda era de 1.600 millones. "Podría darse que un día el valor de los activos sea inferior al de la deuda. El mercado ya emite señales de que son caros: no se venden", sostienen fuentes cercanas a la empresa.
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