La CIA vincula a Pakistán en el ataque contra India en Kabul
EE UU interceptó mensajes previos al atentado contra la Embajada india
El poderosísimo Servicio Interior de Inteligencia (ISI) de Pakistán se encuentra detrás del ataque contra la Embajada de India en Kabul del 7 de julio pasado, según fuentes del espionaje de Estados Unidos. Las fuentes aseguran que "interceptaron las comunicaciones entre los agentes de inteligencia paquistaníes y los militantes que realizaron el atentado", aunque señalan que los mensajes no eran lo suficientemente claros como para impedir el ataque, en el que murieron 60 personas.
Nada más producirse el atentado, el Gobierno indio acusó al ISI de estar detrás del mismo. De igual manera, le responsabilizó de la oleada de atentados con pequeñas bombas que se registraron la semana pasada en las ciudades de Bangalore y Ahmedabad. Asimismo, sostiene que los choques fronterizos ocurridos también la semana pasada en la disputada región de Cachemira -que pusieron en peligro el alto el fuego conseguido en 2003-, están instigados por "elementos de los servicios secretos paquistaníes".
El Gobierno paquistaní rechazó tajantemente las acusaciones. "Nadie nos ha mostrado a nosotros ninguna prueba", dijo el ministro de Exteriores Sha Mehmud Qureshi, desde Sri Lanka, donde se encuentra de visita oficial.
El ISI, considerado como un Estado dentro del Estado, siempre tuvo una estrecha relación con la oposición afgana refugiada en Pakistán, especialmente con los talibanes, que antes de tomar el poder (1996) se formaron en las madrazas de la Provincia Fronteriza del Noroeste (NWFP, en sus siglas en inglés) de Pakistán.
El Gobierno civil, formado tras las elecciones democráticas de febrero pasado, trató la semana pasada someter el ISI al control del Ministerio del Interior. El primer ministro Yusuf Raza Gilani, horas antes de volar hacia Washington para entrevistarse con George Bush, anunció que el ISI y la rama civil de esta agencia de inteligencia militar, el Buró de Inteligencia (IB), salían del Ministerio de Defensa y quedaban adscritos al de Interior. La medida no duró ni un día. Durante la escala que el avión hizo en Londres y después de las llamadas telefónicas de "generales influyentes", según el semanario estadounidense Time, Gilani dio marcha atrás.
Las revelaciones hechas al diario The New York Times llegan cuando en EE UU se multiplican las voces a favor de una acción unilateral en las zonas tribales de Pakistán, en las que supuestamente se ocultan buena parte de los miembros de Al Qaeda y del extinto régimen talibán, que cruzan la frontera para atacar a las fuerzas norteamericanas y de la OTAN desplegadas en Afganistán.
La violencia se duplica en Afganistán
Afganistán vivió en julio su mes más violento desde la invasión norteamericana en 2001. Al menos 260 civiles perdieron la vida el mes pasado, mientras que en lo que va de año se han duplicado, con respecto a 2007, las víctimas mortales -2.500-, de las que la mitad son civiles. Ayer, cinco soldados de la OTAN y cuatro civiles fallecieron en el país asiático. Las organizaciones no gubernamentales también han sufrido un considerable aumento de ataques, en los que han perdido la vida 19 de sus empleados, según denunció ayer en una conferencia de prensa en Kabul el Organismo de Coordinación de Agencias para la Asistencia Afgana (ACBAR), que agrupa a un centenar de ONG.
La situación en algunas zonas de Afganistán se ha vuelto muy peligrosa y los empleados de las ONG se exponen a la muerte y al secuestro. Por ello, muchas se ven obligadas a reducir su labor humanitaria en un momento en que la población sufre las consecuencias de la sequía y de un desorbitado aumento del precio de los alimentos básicos. ACBAR sostiene que hay cuatro millones de afganos con problemas graves de alimentación. "Nos preocupa gravemente el deterioro de la situación de la seguridad en Afganistán y el serio impacto que tiene sobre los civiles", indicó la organización.
La ONU también denunció que 12 de sus convoyes de ayuda fueron atacados por hombres armados en los últimos seis meses. Los ataques de los insurgentes aumentaron exponencialmente en mayo (463) y junio (569), dijo ACBAR, para explicar que muchas escuelas y clínicas han cerrado y miles de personas han huido de sus casas y se han convertido en desplazados internos. ACBAR pidió tanto a los talibanes, como a las tropas de la OTAN, que hagan un esfuerzo para evitar víctimas civiles.
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