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Ocho años de cárcel para Ávila Rojas por defraudar a Hacienda

La Audiencia Provincial de Granada ha condenado al constructor granadino José Ávila Rojas a ocho años de cárcel y a pagar una multa de diez millones de euros por defraudar a Hacienda. Lo hizo en la compraventa de dos fincas en Marbella (Málaga). Según el tribunal, "deliberada y conscientemente" manipuló su declaración de IRPF y de IVA para cometer el fraude. La indemnización al erario público se eleva a los cinco millones de euros. El constructor granadino José Avila Rojas reiteró ayer su inocencia, mantuvo que nunca ha "intentado quedarse con nada, ni público ni privado" y anunció que presentará un recurso contra la pena.

El constructor está condenado por cuatro delitos consumados de defraudación a la Hacienda Pública. La pena impuesta es de dos años de cárcel por cada delito, si bien el fallo establece que el máximo de cumplimiento será de seis años (el triple de la mayor) y quedan extinguidas las restantes. Ávila Rojas no tendrá posibilidad de obtener subvenciones o ayudas públicas durante cuatro años.

Ávila Rojas: "Nunca me he quedado con nada de nadie, ni público ni privado"

De nada ha servido el esfuerzo de su defensa que intentó negar el carácter de "empresario" del acusado en las operaciones efectuadas en los años 2001 y 2002. Entonces adquirió y vendió posteriormente las fincas Huerta de las Monjas y Coto de los Dolores, ambas en Marbella. No declaró los impuestos a los que estaban sujetas (IVA e IRPF) y defraudó a Hacienda. No actuó como persona física, sino como profesional dedicado a la promoción inmobiliaria, según el fallo.La primera de las fincas implicadas, Huerta de las Monjas, la compraron el acusado y la mercantil CCF 21 Negocios Inmobiliarios el 22 mayo de 2001 por tres millones de euros. Ese mismo día la vendieron por 11,4 a una sociedad que entregó a cada vendedor la parte proporcional de IVA que debía ingresar en el erario público. Ávila Rojas no reflejó la cantidad en sus autoliquidaciones de 2001 y defraudó 583.000 euros. Con la reventa de la finca logró una ganancia que no fue declarada tampoco en la renta, defraudando así 1,9 millones de euros.

El 29 de julio de 2002 vendieron el ahora condenado y la misma mercantil la otra finca, Coto de los Dolores, que habían comprado previamente por 1,8 millones de euros a 7,6 millones. La operación se declaró "expresamente sujeta" a IVA. En octubre se otorgó nueva escritura y se elevó el precio de venta a 10,2 millones de euros, no sujetos a IVA. Eludió así el pago de este impuesto. El perjuicio para el erario público fue de 1,6 millones.

La Audiencia no ha dado credibilidad al argumento esgrimido por el acusado, que mantuvo en el juicio su inocencia, y negó haber actuado como empresario para negar el sometimiento a IVA de las operaciones. El tribunal destaca que Ávila Rojas ejerce de manera "pública y notoria" como profesional de la actividad inmobiliaria.

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Aunque en sus declaraciones dijo, además de que no estaba sujeto a IVA, que no leyó nada de lo que firmó y que no se enteró de que le pagaron el IVA, la sentencia considera que "deliberada y conscientemente" manipuló sus declaraciones de IRPF y de IVA en 2001 y 2002 con "el ánimo de defraudar a la Hacienda Pública, eludiendo el pago de los impuestos que le correspondía ingresar".

Es más, de no haber sido por el procedimiento inspector no se hubiera conocido la situación real del acusado, generadora de beneficios "muy superiores a los declarados". Ávila Rojas llevó a cabo actuaciones para reparar el perjuicio causado a la Hacienda Pública pero fueron posteriores al inicio de la comprobación tributaria. Además, según la resolución, no se sujetan a lo indicado por Hacienda, sino que fueron "a su gusto y medida, descubriéndose una total falta de propósito del recurrente de ser transparente con la Administración Tributaria".

La sentencia, contra la que cabe recurso que el empresario ya ha anunciado que interpondrá, precisa que para actuar como empresario no es preciso que el señor Ávila Rojas adquiera los bienes en nombre o representación de alguna de sus sociedades. Basta con que las operaciones se encuadren en el ámbito de su actividad empresarial, "como aquí ocurrió".

El constructor mantuvo ayer su inocencia, informa Efe. "Durante casi 50 años he venido trabajando, con errores y también con aciertos; nunca he intentado quedarme con nada de nadie, ni público ni privado", aseguró Ávila Rojas, al tiempo que recordó que ha tenido multitud de inspecciones fiscales y que ha cumplido "rigurosamente" con sus obligaciones como ciudadano.

Ávila Rojas incidió en el "profundo convencimiento" que tiene en su inocencia y mostró también su más "absoluta confianza" en la Justicia y sus miembros. "Espero que la misma pueda ser reconocida utilizando los cauces legalmente establecidos y a tal efecto se interpondrán los recursos que la ley permite", manifestó.

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