El turismo aguanta
Todos los veranos sucede lo mismo. A la sombra del Merendero Papa O, escucho las quejas de siempre: este año la cosa va peor. Es cierto que algunos días de este tórrido julio, en el chiringuito de la cala de Mijas había más inmigrantes ofreciendo su mercancía que clientes. Pero las mesas se han ido ocupando. Pedro trabaja incluso los lunes al pie de la barcaza donde prepara los espetos. Los coches abarrotan el parking de Las Mimosas. Amenazan con bloquear el bar de Paco.
¿Será verdad que también hay crisis en el turismo, como comentan algunos mientras le dan al tinto de verano?
Llamo a quien debe saberlo. No hay nada como acudir a las fuentes. El consejero de Turismo, Luciano Alonso, está "vendiendo" Andalucía en la Expo de Zaragoza. ¿Crisis?
Hombre, ha habido un mal dato en junio. Las pernoctaciones de ese mes han caído un 1,9% respecto al mismo mes del pasado año. Pero...
Alonso me arroja un montón de cifras positivas: por vez primera se han superado los 20 millones de estancias (una noche) en el primer semestre del año. Eso, en un mal año económico, es un milagro. Ha crecido el empleo. Mientras en otros sectores, especialmente en la construcción, la crisis está mandando a casa a miles de trabajadores con la cartilla del paro en el bolsillo -en el mejor de los casos- en el turismo aumenta el empleo un 4,2%.
El optimismo de Alonso tiene algunas bases sólidas. Me recuerda tres: 1) En tiempo de crisis, la gente renuncia a la segunda vivienda, a cambiar de coche, a la tele de plasma, pero no a las vacaciones; después de 11 meses trabajando duro, uno se premia con unos días de descanso. 2) Los clientes europeos valoran al área mediterránea para pasar sus vacaciones, por su clima, la profesionalidad del sector y por el entorno cultural que ofrece. Y 3) La oferta de Andalucía es imbatible: tiene 150 espacios protegidos, el 19% de su territorio, que abarcan desde la nieve al sol y la arena; más que cualquier otro lugar de Europa.
¿Mucho optimismo? Quizá. Pero Alonso ofrece los últimos datos que acaban de llegar a la mesa de su despacho: en estos momentos, hay registradas 218 peticiones para abrir nuevos hoteles en la comunidad. Más: 193 agencias de viaje quieren comenzar a operar o abrir nuevas sucursales en Andalucía. Y por último, 29 hoteles de Málaga se han acogido al Plan Qualifica que promueve la consejería para modernizar sus instalaciones. Invertirán 80 millones de euros y dará empleo al tan castigado sector de la construcción. ¿Alguien invertiría en turismo si piensa que va a entrar en crisis?
La esperanza es pues doble: que el turismo no decaiga y que sea capaz de echar una mano a sectores más vulnerables en estos tiempos del cólera financiero. La consejería maneja un dato curioso: un turista demanda a lo largo de sus vacaciones un total de 70 servicios, desde la panadería a la peluquería, del taxi al chiringuito. Es generador de empleo y por ello debe mimarse al sector.
Claro que hay quien tiene intención de perjudicarlo. La noche del pasado lunes un artefacto explosionaba en la playa de Torremolinos. Todo indicaba que había sido colocado por ETA. No es la primera vez que los etarras golpean el verano andaluz, en especial la costa malagueña. Por aquí ha actuado en 22 ocasiones. Málaga capital, Torremolinos, Fuengirola, Mijas, Marbella han sufrido el zarpazo del terrorismo etarra en algún momento.
Hemos sobrevivido. Y sabemos que no van a ganar. De modo que dejemos a la policía que actúe con la misma eficacia de los últimos tiempos y se cumpla lo dicho por el ministro del Interior, Pérez Rubalcaba: cada vez tardan menos tiempo los etarras en ser detenidos tras cometer un crimen.
Nosotros volvamos al chiringuito. Y no hagamos mucho caso de aquéllos que quieren fastidiarnos el verano. Ni de los etarras ni de algunos políticos de la derecha que, con la vana esperanza de ganar un puñado de votos, parecen estar deseando que todo esto se hunda.
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