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La lucha contra el terrorismo

El juez Marlaska y un concejal del PSE, objetivos del 'comando Vizcaya'

La Guardia Civil halla en un segundo 'zulo' más de 125 kilos de material explosivo

En la misma urbanización de la localidad riojana de Ezcaray tenían una segunda residencia el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska y los padres de la novia del presunto jefe del comando Vizcaya de ETA, Arkaitz Goikoetxea Basabe, de 28 años. El magistrado es un objetivo "preferente" de ETA desde hace años. Y la dirección que rompió la tregua en junio de 2007, comandada entre otros por Francisco Javier López Peña, Thierry, ordenó a los liberados (a sueldo de la banda) del Vizcaya Jurdan Martitegi, en paradero desconocido, y a Goikoetxea, ya detenido, que recopilaran información para poder asesinar al juez. No obstante, la última información sobre Marlaska data de julio de 2007, ya que al no localizar la vivienda en Ezcaray, la banda desistió de seguir con la operación. Junto al magistrado, el comando tenía otro objetivo sangriento: secuestrar y asesinar a un concejal del Partido Socialista de Euskadi (PSE).

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Fuentes de la investigación indican que se desconoce quién era la persona que iba a ser secuestrada, pero sí que la acción sería similar a la que los etarras hicieron con Miguel Ángel Blanco.

Goikoetxea y Martitegi cruzaron la frontera en febrero de 2007, dos meses después de que el ya desarticulado comando Elurra reventara la tregua con el bombazo que sepultó a dos ecuatorianos en Barajas. Y junto a esos objetivos preferentes, ETA les ordenó preparar el terreno para que el comando Vizcaya entrara en acción tras la ruptura oficial del alto el fuego.

Esta información forma parte de la declaración prestada ante los agentes del instituto armado por el presunto jefe del citado complejo terrorista, según avanzaron fuentes de la investigación. En esa encomienda etarra, jugaba un papel importante Maialen Zuazo Aurrekoetxea, la novia de Goikoetxea. Sus padres tienen, como Marlaska, un piso en la urbanización El Cardizal, junto a las piscinas municipales de Ezcaray.

Ayer, Goikoetxea hizo ese recorrido de nuevo. Iba escoltado por agentes de la Guardia Civil, acompañando al juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón. Primero en helicóptero, hasta el campo de fútbol de Santo Domingo, donde aterrizaron, cada uno en helicópteros diferentes, pasadas el 15.10, y, después, en todoterreno junto a la comitiva judicial. El objetivo: estar presente en el registro del segundo zulo que el comando Vizcaya tenía en la zona, a la que se accede por una pista pedregosa. "Han ido para allí, hacia Pazuengos", explicaba a este periódico el trabajador de una obra. Así fueron desfilando los periodistas y algunos cámaras de televisión hasta llegar al lugar donde un guardia civil impedía el paso, junto a una caseta. A duras penas se podía ver a Garzón, vestido de manera informal, junto al escondite. En su interior se hallaron unos 125 kilos de explosivo; 100 de ellos de polvo de aluminio, ingrediente básico para fabricar amonal o amosal, explosivos habituales de ETA. También se hallaron varios bidones que contenían nitrometano y nitrato amónico. Unos componentes con los que ETA fabrica amonitol, un explosivo de gran poder destructivo.

El hecho de que la diligencia fuera filmada y que Goikoetxea hiciera manifestaciones delante de Garzón, supone que ya no podrá alegar lo contrario cuando tenga que declarar ante juez.

En el zulo también se hallaron gran cantidad de detonadores, cordón detonante, herramientas que suelen utilizar los terroristas para el montaje de artefactos, tranquilizantes y, según Efe, también placas de matrícula de Portugal, Francia y España.

En el primer zulo, situado tras la iglesia románica de Nuestra Señora de Tres Fuentes, un lugar de peregrinación para turistas en Valgañón, a pocos kilómetros de Ezcaray, los terroristas habían escondido un subfusil MAT, munición, herramientas para reventar coches y una caja de valium.

El juez Garzón (a la izquierda) observa la llegada del presunto etarra Arkaitz Goikoetxea a Santo Domingo (La Rioja), escoltado por guardias civiles.
El juez Garzón (a la izquierda) observa la llegada del presunto etarra Arkaitz Goikoetxea a Santo Domingo (La Rioja), escoltado por guardias civiles.EFE

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