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La lucha contra el terrorismo

El PNV rechaza el pacto PSOE-PP contra ETA porque "abandona el diálogo"

El Gobierno cree que acabará sumándose porque el acuerdo es el de siempre

Luis R. Aizpeolea

El Gobierno vasco y el PNV anunciaron ayer que no se sumarán a la propuesta de acuerdo contra el terrorismo que el miércoles pactaron el presidente del Gobierno central, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder del PP, Mariano Rajoy, con la pretensión de extenderlo a todos los partidos. El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, argumentó su rechazo en que la propuesta "abandona el diálogo" y "deja en la cuneta los objetivos de la reinserción social" de los etarras.

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La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, respondió ayer mismo que confía en que el PNV terminará por sumarse al acuerdo porque los principios pactados por Zapatero y Rajoy son "los de siempre, ampliamente compartidos" por todos los partidos.

Los principios acordados por Zapatero y Rajoy no hacen referencia a la reinserción social, como denuncia el PNV, pero tampoco la rechazan, precisan fuentes socialistas. Lo que sí señalan es que "el único destino de ETA es desistir de la violencia pues sería absurdo dirigir a la banda el mensaje de que pueden seguir matando hasta que se canse, que les esperamos. El único mensaje es que tienen que dejar definitivamente las armas", añaden las fuentes.

Los cinco puntos aludidos son básicos y están recogidos en todos los acuerdos contra ETA, desde el de Madrid y el de Ajuria Enea, de enero de 1988, suscritos por todos los partidos democráticos, incluido el PNV: unidad anti-ETA; apoyo a las víctimas; confianza en el Estado de derecho; colaboración internacional y el compromiso de que "la violencia no conseguirá ningún objetivo político".

El acuerdo del miércoles tiene como matriz el Pacto de Ajuria Enea, pero responde a la situación de ETA, hoy en ofensiva contra el Estado, tras perder una oportunidad irrepetible de final dialogado, señalan fuentes socialistas. Del mismo modo que el Pacto Antiterrorista de 2000 respondía a otro momento de ofensiva etarra, y la resolución parlamentaria de mayo de 2005, a unas expectativas de tregua y de fin dialogado, añaden las fuentes.

Los negociadores del acuerdo del miércoles, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el portavoz de Interior del PP, Federico Trillo, soslayaron dos cuestiones conflictivas para facilitar su logro: el análisis del pasado más reciente y sobre el posible final de ETA.

Enjuiciar una legislatura tan tormentosa como la pasada hubiera impedido el acuerdo. El PP ha evitado tener que autocriticarse por obstaculizar el proceso de final dialogado tras la tregua de ETA de 2006, y el Gobierno ha soslayado explicar por qué no hizo todos los esfuerzos por sumar al PP al proceso.

El Ejecutivo y el PP también han evitado confrontar sus análisis sobre cómo lograr el final de la banda. Están de acuerdo en que hoy "el único destino de ETA es desistir de la violencia", como dice el acuerdo. Es decir, que la lucha contra el terrorismo, a través de las Fuerzas de Seguridad como principal instrumento, seguirá hasta la rendición de ETA.

Lo que soslaya el acuerdo es qué sucederá si ETA anuncia y confirma el cese definitivo de las armas. Llegados a ese punto, el acuerdo del miércoles no se pronuncia sobre un diálogo sobre el futuro de los terroristas.

Los mecanismos de funcionamiento del acuerdo tienen dos niveles, según fuentes gubernamentales. Una relación "singular" entre el Gobierno y el PP, que funciona de modo permanente entre Rubalcaba y Trillo. Y un segundo nivel de relación, con los demás partidos, a los que el Ejecutivo hará partícipes de la estrategia antiterrorista y les informará de los acontecimientos más importantes en la lucha contra la banda.

Los rechazos

- Gobierno vasco. La portavoz, Miren Azkarate, no comparte el acuerdo alcanzado "si éste supone renunciar al final dialogado de la violencia".

- Ezker Batua. "El pacto no tiene como fin último acabar con el terrorismo, sino destrozar el tripartito".

- PNV. El presidente del partido, Iñigo Urkullu, señaló que un acuerdo basado sólo en las vías policiales y judiciales dejaría fuera "los objetivos de la reinserción y la convivencia", por lo que el PNV no se sumará.

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