¿Carece el PSOE de sensibilidad federal?

Se lamenta Antoni Segura, en su artículo titulado Desafección y federalismo, de la "escasa sensibilidad federal" del socialismo español. Sorprende que se formule semejante reproche a la fuerza política que ha hecho posible en la pasada legislatura unas reformas estatutarias (entre ellas, señaladamente, la del Estatuto catalán) que han dotado a los estatutos reformados de unas potencialidades de las que carecen incluso las constituciones de los Estados miembros de muchos de los Estados federales más avanzados de Europa (de ahí, precisamente, el litigio pendiente sobre la constitucionalidad del Estatuto catalán).

Por ejemplo, el llamado blindaje estatutario de las competencias autonómicas (a resultas del cual el alcance de las competencias que el artículo 149.1 de la Constitución reserva como exclusivas al Estado acaba dependiendo de las definiciones y demás previsiones competenciales contenidas en los estatutos) carece de parangón en el federalismo alemán (donde las constituciones de los länder no se pronuncian de ninguna manera sobre el alcance de las competencias de la federación).

En realidad, el debate que suscita el catalanismo es otro. La disyuntiva del socialismo español no es federalismo sí / federalismo no. La pregunta es otra: ¿qué clase de federalismo postulamos para la España plural? ¿Un federalismo esencialmente simétrico y de acentuado carácter cooperativo y solidario, como el alemán (éste sí plenamente compatible con nuestro modelo constitucional de Estado autonómico e incluso fuente de inspiración para el mismo), o un federalismo plurinacional y asimétrico, parecido al postulado en Bélgica por los partidos flamencos (es decir, un federalismo de inspiración confederal y tendencia centrífuga apenas disimuladas)?

El socialismo español no carece en absoluto de sensibilidad federal. Sí carece, en cambio, de sensibilidad confederal. Eso es cierto, pero por la sencilla razón de que semejante sensibilidad no tiene encaje alguno en nuestro modelo constitucional.