Confebask reclama a los gobiernos un nuevo plan de choque contra la crisis
Los empresarios alertan de que Euskadi no se va a librar del parón económico
La economía vasca "no es una isla". Las turbulencias que ya golpean al conjunto de la economía española sacuden también a Euskadi. La patronal vasca Confebask alertó ayer de que las medidas impulsadas por los gobiernos central y vasco para hacer frente a la crisis económica son claramente insuficientes.
El presidente de los empresarios, Miguel Lazpiur, pidió a las instituciones públicas "planes de choque", un mayor esfuerzo para hacer frente a una crisis que ha nacido en los mercados financieros y en la construcción. La patronal revisará a la baja sus previsiones de crecimiento para el próximo año.
La patronal cree insuficientes las medidas impulsadas por el Gobierno
Lazpiur, que fue reelegido ayer como presidente de Confebask por tres años más, pidió en primer lugar un cambio del modelo energético español y, seguido, "planes ineludibles, integrales y urgentes que ayuden a restablecer la confianza, la credibilidad y la liquidez en los mercados". Esta petición fue acompañada del convencimiento de que el impacto del frenazo de la economía será en Euskadi algo menor que en el conjunto de España, por el mayor peso que en la composición de su PIB tiene el sector industrial.
Lazpiur aseguró que el margen de actuación ante la crisis es estrecho, dado que gran parte de los problemas tienen origen externo. Pese a reconocer que no hay margen para jugar con la política monetaria, que corresponde en exclusiva al Banco Central Europeo, ni para aumentar el déficit corriente, sí reclamó a las administraciones apoyo a las empresas: "Reformas estructurales y entornos que faciliten la competitividad y el desarrollo económico".
Los empresarios pidieron trabajar sobre las políticas microeconómicas, eliminar ineficiencias y desregular el sector servicios que, según Lazpiur, tiene un fuerte impacto en la alta inflación. Confebask recordó a las administraciones vascas que cuentan con capacidad para reducir la carga fiscal; en otras palabras, para propiciar una nueva rebaja del Impuesto de Sociedades. La última demanda a los poderes públicos fue para que impulsen el consumo y promuevan un mayor impulso de infraestructuras. El plan liderado por el Gobierno vasco y las diputaciones, que se presentó el pasado 20 de junio, prevé inversiones por 12.800 millones de euros, aunque cerca del 92% de ellas estaban ya anunciadas o comprometidas.
El secretario general de la patronal, José Guillermo Zubía, también alertó sobre el endurecimiento del crédito, "fundamentalmente en las operaciones de envergadura relevante". Zubía considera necesario que las empresas vascas "sigan apostando por la internacionalización, el I+D, la tecnología y la innovación", así como "la mejora de la gestión y la eficiencia, y la formación de los trabajadores".
Los responsables de Confebask volvieron a mostrar su preocupación por la "carencia de trabajadores en el ámbito de las profesiones técnico-industriales". Se trata de un queja ya tradicional de Confebask, que considera que es una barrera añadida para salir de la crisis. "Podría colapsar el sistema productivo vasco, mermar en la capacidad para atraer inversiones" y reducir el nivel de bienestar, señaló Lazpiur.
Los empresarios aseguraron que la situación es tan delicada que precisa la colaboración de todos los actores económicos. Hicieron por ello un llamamiento a los sindicatos a sentarse para poder abordar de forma conjunta los retos de la crisis.
Ni unidad ni respuesta
Cuando los empresarios vascos hablan de economía siempre piden que se despejen las incertidumbres, que haya tranquilidad y un entorno adecuado para poder desarrollar su actividad. Ayer volvieron a hacerlo. Un periodista preguntó directamente sobre la incertidumbre que puede generar la ley de consulta impulsada por el Gobierno vasco y suspendida ayer mismo por el Tribunal Constitucional. La respuesta del presidente de Confebask, Miguel Lazpiur, fue clara: "En este momento los empresarios bastante tenemos como para meternos... [Eso] es responsabilidad de los representantes políticos y de las instituciones".
Los empresarios no tienen una opinión definida. Lazpiur recurrió a la pluralidad del colectivo, donde cabe gente de muy distinto color político, para asegurar que no existía "una postura unitaria" sobre la consulta. Opinar de política no sienta bien a los empresarios. En 2002, el entonces presidente de Confebask Román Knörr leyó una declaración muy crítica contra la primera versión del llamado plan Ibarretxe . La reacción del PNV creó fuertes tensiones en las patronales territoriales, que estuvieron cerca de romperse, y el desgaste dejó muy marcada a la patronal.
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