Una vida segada en un atraco en las horas extra
Jerónimo Luna, el vigilante asesinado en Sevilla, era "un padrazo", "muy culto" y "aficionado a la música"
A Jerónimo Luna le encantaba la música clásica. El vigilante de seguridad asesinado el pasado martes en la localidad sevillana de El Viso del Alcor (17.500 habitantes) mientras trasladaba dinero desde la sucursal del Santander solía escuchar un pequeño transistor en sus largas horas de trabajo. Desde el cementerio sevillano de San Fernando, varios compañeros de Prosegur le recordaban así ayer, atento a alguna de sus sinfonías favoritas. Coinciden en que era un "hombre muy culto, con sensibilidad" y que trabajaba como vigilante porque "de algo hay que vivir, ¿no?".
Los presentes en el entierro no podían contener la "rabia" y la "impotencia" ante un atraco en plena calle, a sangre fría, "a alguien tan noble". El sospechoso, "un hombre bajito, con cazadora negra y unos parches amarillos", según la información difundida por la policía, disparó ocho tiros contra este vigilante y su compañero Diego Calderón. Dos de las balas entraron por el abdomen de Luna tocando el pulmón y el hígado. Cuando llegó al hospital Virgen del Rocío ya estaba prácticamente muerto. Castillo, que acumula 20 años de antigüedad en la empresa, se encuentra en la UCI del hospital Virgen de Valme. Según el parte médico difundido ayer, "evoluciona favorablemente". Castillo, también de 48 años, recibió cinco tiros: en el brazo, la pierna y la ingle.
Los guardias atravesaban con el dinero un mercado repleto de gente
Luna nació en Zahara de la Sierra (Cádiz). Tiene dos hermanos pequeños. Su padre falleció hace 17 años, al poco de regresar de Bilbao, donde se habían trasladado por trabajo. "Un tío noble donde los haya", "un buenazo siempre metido en asociaciones de ayuda a la infancia", lo describían sus amigos ayer. El silencio de la viuda y la madre, de casi 80 años, era comprensible. Los más allegados sólo hablaron para recalcar que era "un gran padre, que estaba como loco con su hijito". El "hijito", contaba una tía del fallecido, "es un ángel: rubito, con ojos verdes y la piel blanquísima". El matrimonio Luna lo adoptó al poco de nacer. Es de origen ruso y ahora tiene ocho años.
A la salida del cementerio, muchos se empeñaban en encontrar un culpable. Comisiones Obreras había denunciado el martes la posible falta de medidas de seguridad.
El presidente del Comité de Empresa de Prosegur Vigilancia, Francisco Galán, declaró ayer que el martes se celebrará una asamblea para analizar las circunstancias de estos hechos "sin precedentes en la provincia". Algunos compañeros no estaban de acuerdo: "Iba con todo lo que había que llevar de protección, pero ni siquiera tuvo tiempo de desenfundar la pistola". Otros criticaban "el poco cuidado" con el que los dos vigilantes recorrían una distancia tan larga, entre tanta gente, con bolsas repletas de dinero.
El lugar en el que aparcaban la furgoneta se encontraba a casi 100 metros del banco y los dos trabajadores atravesaban un mercado lleno de quioscos durante el traslado.
Y la mayoría coincidió en la generosidad de Luna: "Ese no era su trabajo fijo
[vigilante de seguridad en Canal Sur]. Hacía el traslado de fondos en sus días libres para llevar un dinero extra a su casa. Eso lo hacemos todos".
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