"Quizá he sido muy leal, pero lo volvería hacer"
Han pasado ya 12 días desde que trascendiera que Xavier Vilaró, jefe de la Guardia Urbana de Barcelona, estuvo debatiéndose unas horas entre la vida y la muerte a consecuencia del impacto de una pelota de goma disparada por los Mossos d'Esquadra la madrugada del 30 de junio. La pésima gestión informativa que realizó el Ayuntamiento de los hechos y el deseo de discreción del propio Vilaró alimentaron las dudas sobre la víctima, hasta convertirla en culpable y llegar a acusarle de inventar la agresión y mentir para tapar su vida íntima. Incluso se cuestionó que estuviera en la plaza de Espanya la noche del dispositivo policial tras la victoria de la selección española de fútbol en la Eurocopa, a pesar de que le vieron numerosos testigos. Cuando se cumplen 17 días de su ingreso en el Hospital del Mar y está a punto de recibir el alta, Vilaró accede a hacer balance de lo ocurrido.
"No vi desde dónde se hizo el disparo. Mi preocupación eran los vándalos"
"El Comité de Ética Policial debería analizar los hechos y hacer autocrítica"
Pregunta. Ahora que ya ha declarado ante los Mossos d'Esquadra, puede explicar qué sucedió aquella noche.
Respuesta. El conductor me recogió a las 22.25 horas y fui a la plaza de Catalunya. Sobre las 23.10 horas llegué a la plaza de Espanya, a requerimiento del jefe de los Mossos, quien me informó de que se estaban produciendo los primeros incidentes. Los vándalos ya habían roto los cristales de un autobús [como se aprecia en la fotografía de esta página]. Sobre las 1.10 horas marché a la plaza de Artós, porque también había incidentes y a las 1.40 regresé a la plaza de Espanya, que era el punto más conflictivo. Los Mossos estaban cargando y había gente destrozándolo todo. Me quedé en el hotel Plaza y fue cuando recibí el impacto de la pelota de goma.
P. ¿A qué distancia se produjo el disparo y desde dónde?
R. No puedo precisar desde dónde se hizo el disparo porque no lo vi. Mi preocupación era que quedaban personas en la fuente y qué pasaría con ellos. Intuyo que el disparo se hizo desde el lado Besòs de la plaza. Lo que me sorprendió es la trayectoria de la pelota de goma, en dirección al hotel Plaza y con gente en la puerta.
P. Un informe de la Subdirección Operativa de los Mossos d'Esquadra fechado el 9 de julio relata que cuando la mayoría de alborotadores fueron desalojados de la plaza se montaron barricadas en calles adyacentes, como Creu Coberta y que los Mossos dispararon. ¿Puede ser que rebotara una pelota?
R. No lo sé. Lo que sí recuerdo es que pedí a los bomberos que revisaran el monumento de la plaza y encontraron a dos chavales escondidos.
P. ¿Por qué no dijo nada al intendente de la Guardia Urbana que le acompañaba, ni a los mandos de los Mossos?
R. Pensé que lo mejor era callar. Cuando cuentas una cosa de ésas, ya no la controlas y se extienden. Pensé comentarlo el martes, en la reunión semanal con los Mossos. Nunca pude imaginar la gravedad de la lesión.
P. El hecho de que el Ayuntamiento escondiera los hechos y tardara cinco días en reconocerlo no le ha favorecido.
R. El Ayuntamiento no ha escondido nada. Informó cuando supo las cosas. El domingo era un golpe en el abdomen, el lunes por la mañana pensé que era un cólico nefrítico. Horas después me dijeron que tenía el bazo destrozado y el miércoles me lo extirparon, en una operación muy complicada que los médicos aprovecharon para extraerme una piedra del riñón.
P. ¿Cree que ha pecado de ingenuo por querer ser tan discreto en lugar de explicar la verdad desde el primer momento?
R. Quizá he pecado de excesiva lealtad al sistema, pero lo volvería a hacer. Sin duda.
P. ¿No tiene la sensación de que se ha acabado instalando la idea de que la víctima es en realidad el culpable y que pretendía justificar episodios inconfesables de su vida privada?
R. Yo acudiría al refranero para recordar que "cree el ladrón que todos son de su condición". Y que cada uno lo interprete como quiera. Los que dicen que yo estaba en un prostíbulo, igual lo piensan porque ellos y sus amigos son usuarios habituales. Yo estoy muy satisfecho de mi entorno familiar y mi pareja. Es un problema de ética y de valores.
P. ¿Qué opina de que el grupo municipal del PP encargara una investigación a una agencia de detectives porque no se fiaba del Ayuntamiento?
R. No me corresponde responder. Yo soy un técnico.
P. ¿Los Mossos d'Esquadra deberían investigar lo ocurrido?
R. Cualquier cuerpo policial ha de hacer autocrítica para aprender de los posibles errores y evitar que se repitan. Y más en Cataluña, donde tenemos un Comité de Ética de la Policía. No se trata de buscar los tres pies al gato, sino de mejorar las cosas, si es que hay que mejorarlas.
P. Aparte de las duras críticas también debe de haber recibido muchas muestras de afecto.
R. Sí, muchas y variadas. Al hospital han venido a verme desde las señoras de la limpieza, hasta un guardia que hace 15 días perdió a un hijo de seis semanas. Y el alcalde Jordi Hereu, Pasqual Maragall, Joan Clos, así como diversos amigos con los que he trabajado en el Ayuntamiento, el delegado del Gobierno, Joan Rangel, representantes de todos los cuerpos policiales y del Ejército y de todo el espectro asociativo.
P. ¿Por qué hay gente que le puede tener tantas ganas?
R. Ni lo sé ni me interesa. No puedo perder el tiempo pensando en eso. El tiempo lo hemos de emplear en construir, no en destruir. En el Ayuntamiento de Barcelona hay un grupo de gente muy dedicado a mejorar la ciudad. Trabajamos en un sistema de seguridad pública formado por Mossos d'Esquadra, Guardia Civil y Cuerpo Nacional de Policía. Cada uno en el ámbito de sus competencias y con la necesidad de actuar con lealtad y colaboración para dar una respuesta adecuada a las demandas de los ciudadanos, que son variables.
P. A los dos días de publicarse algunas informaciones se ha querellado contra dos periodistas. ¿Por qué?
R. He de defender el honor de la Guardia Urbana y el mío. Ahora les toca a los jueces decidir. Lo que tengo claro es que si hay una sentencia condenatoria, destinaré el dinero a la fundación contra el Alzheimer de Pasqual Maragall. Para que no se olviden los hechos.
Saura da por cerrado el caso
Carpetazo definitivo. El consejero de Interior, Joan Saura, dio ayer por cerrado el caso Vilaró. "La polémica se ha acabado", declaró a COM Ràdio, después de haberse comprobado que el jefe de la Guardia Urbana de Barcelona sufrió el impacto de una pelota de goma disparada por los Mossos. "Nos consta que estuvo en plaza de Espanya porque mantuvo contacto con los Mossos", añadió Saura.
Por su parte, el secretario de Seguridad de Interior, Joan Delort, lamentó el "desaguisado mediático-festivo" que ha generado el caso y reiteró que Interior da por buena la versión municipal. Como ya hizo la semana pasada, Delort aseguró ayer que Interior nunca ha dudado de la versión de Vilaró, y avaló la actuación de los Mossos.
En este sentido, subrayó que Vilaró pudo recibir el impacto de la pelota sin que botara anteriormente. El reglamento estipula que se debe disparar contra el suelo, pero prevé que en largas distancias se pueda disparar a mayor altura. En cualquier caso, Delort dijo: "no es científicamente posible" acreditar el recorrido de la pelota antes de impactar contra Vilaró.
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