Rajoy defiende ante Aznar el nuevo PP y ofrece "apoyo leal" a Zapatero
Fraga reclama al ex presidente que se "quede fuera de la política" y no critique
José María Aznar ha defendido siempre su forma de hacer política "sin complejos". Mariano Rajoy, su sucesor, pareció ayer tomarle la palabra y decidió defender, sentado junto al ex presidente en la clausura del Campus FAES, su nueva línea moderada, precisamente lo que más ha criticado Aznar y el aznarismo.
El líder popular aplaude el papel de FAES, refugio de los más críticos con él
Era la primera vez que ambos ofrecían un acto público conjunto desde el durísimo discurso de Aznar en el congreso del partido en Valencia y la entrevista de Telemadrid, en la que reclamó un PP que busque la victoria y no se dedique sólo "a resistir". Manuel Fraga, presidente fundador, reprochó estas críticas del ex presidente y le instó desde un acto en Soria a "quedarse fuera de la política" ya que "en su día decidió abandonar su actividad", informa Europa Press. Rajoy no llegó tan lejos como el padre político del PP, pero tampoco se amilanó.
Con tono pausado, y repitiendo una y otra vez que él no ha cambiado los principios del partido, defendió que la oposición "ha afrontado una serie de cambios que expresan su voluntad de renovar sus equipos y mejorar sus mensajes y propuestas". "Somos un partido de centro que reivindica la moderación y el sentido de la responsabilidad", insistió Rajoy junto al mismo Aznar que en Valencia tronó: "Nadie nos tiene que enseñar el camino del centro".
Pero más que con palabras sobre cuestiones internas, fue al hablar del Gobierno cuando Rajoy dejó muy clara la enorme distancia que separa su discurso del de personas como Aznar o Esperanza Aguirre, presidenta de Madrid.
El líder de la oposición criticó al PSOE, como es de esperar, y le reprochó que minimice la crisis económica, pero también ofreció "apoyo leal" al Ejecutivo en tiempos de crisis. Ya no leal oposición, el término británico con el que se define a la alternativa con sentido de Estado, sino apoyo.
"Cuando una crisis de enorme envergadura proyecta su sombra sobre el futuro, hay que propiciar el consenso y evitar los escenarios de crispación y conflictos sociales. Si las cosas se ponen difíciles hay que favorecer lo que nos une", dijo Rajoy para reprochar a Zapatero que saque el debate del aborto y la eutanasia. Pero fue más allá. "Gobierno, oposición, partidos, sociedad civil, sindicatos y organizaciones empresariales tenemos que trabajar en la misma dirección para dar respuesta al paro, la subida de los precios y la pérdida de poder adquisitivo. En mí, el Gobierno encontrará siempre un apoyo leal si quiere pensar seria y responsablemente en los ciudadanos y en sus problemas reales", sentenció antes de reclamar más bajadas de impuestos.
Rajoy clausura el Campus FAES en julio todos los años. Y el cambio radical de su línea política se puede ver comprobando los discursos de cada año. En 2004, la noticia de EL PAÍS señalaba "Aznar y Rajoy insisten en que el PP seguiría en el poder si no fuera por la 'desgracia' del 11-M". Además, el líder del PP pedía al ex presidente que le ayudara a ganar las elecciones. Nada de eso sucedió ayer. En 2005 fue: "Rajoy desautoriza a Piqué al descartar el apoyo al Estatuto catalán por inconstitucional". "Estamos ante el desmantelamiento y liquidación de España", decía el líder del PP. En 2006, Aznar denunció "el engaño sistemático del Gobierno en esta negociación", mientras en 2007, pocos días después de exigir las actas de la reunión del PSOE con ETA en el debate del estado de la nación, Rajoy ya cambió el tercio y habló de educación.
A pesar del discurso moderado, el líder del PP quiso también reivindicar y aplaudir el papel de FAES, la fundación en la que se han refugiado algunos de los que, como Aznar, más critican su nuevo discurso. De hecho, sólo 24 horas antes de que Rajoy hablara, en esos mismos micrófonos estaba Cristina Cuesta, presidenta de COVITE, un colectivo de víctimas, criticando la nueva línea del PP, informa Servimedia. Y unos días antes habló allí Inmaculada Castilla de Cortázar, que promueve una revuelta en el Foro Ermua para echar a su presidente, Iñaki Ezkerra, por haber apoyado públicamente a Antonio Basagoiti, nuevo líder del PP vasco.
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