Corbacho apoya que la Generalitat segregue inmigrantes fuera de la escuela
El ministro de Trabajo e Inmigración califica de "valiente" la medida - Las asociaciones de extranjeros y SOS Racismo la consideran discriminatoria
El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, calificó ayer de "valiente" la decisión de la Generalitat de Cataluña de crear cuatro centros para segregar temporalmente fuera de las escuelas e institutos a los menores inmigrantes de entre ocho y 18 años. Según las autoridades educativas catalanas, el objetivo es facilitar su integración posterior en las aulas. Para las entidades de inmigrantes y SOS Racismo la medida es claramente discriminatoria.
ICV, socio del PSC, se distancia y pide que la estancia sea voluntaria y breve
SOS Racismo: "La medida estigmatiza al alumno y a su familia"
El ministro, que ha endurecido la política en inmigración de su antecesor, Jesús Caldera, evitó analizar el núcleo más conflictivo de la discriminación: el hecho de que no se escolarizará, en contra de las leyes vigentes, en centros educativos a estos menores. La ley sobre derechos y libertades de los extranjeros en España establece que todos los extranjeros menores de 18 años "tienen derecho y deber a la educación en las mismas condiciones que los españoles".
Corbacho defendió la medida adoptada por el consejero catalán de Educación, el socialista Ernest Maragall, para hacer de la escuela un proyecto "de éxito". "Una vez más, Cataluña es valiente para dar respuesta" a la la inmigración, afirmó el ministro, que felicitó públicamente a Maragall por la iniciativa.
Una opinión que no comparten ni SOS Racismo ni las organizaciones de inmigrantes, que ven en la iniciativa una peligrosa segregación de estos alumnos. Mayoritariamente, sostienen que si estos alumnos necesitan un refuerzo pedagógico o de acogida, éste se debe dar en las mismas escuelas y no fuera de ellas.
Los centros para alumnos inmigrantes anunciados por la Generalitat se pondrán en marcha en septiembre. Serán cuatro. Tres en Reus (Tarragona) y uno en Vic (Barcelona). Los alcaldes de Vic y Reus apoyan la medida.
La Generalitat ha bautizado a estos centros -que están fuera del sistema escolar- con el nombre de Espacios de Bienvenida Educativa. Acogerán a los alumnos que llegan con el curso empezado y que requieren una integración social y flaquean en lengua. La Generalitat afirma que no se seleccionará a estos alumnos por su procedencia geográfica, pero reconoce que los perfiles más previsibles se dan en el caso de alumnos procedentes de países de culturas distintas a la europea, es decir, africanos, orientales e incluso del Este de Europa.
Inicativa per Catalunya (ICV), que forma parte del gobierno tripartito catalán junto al PSC y ERC, no se desmarcó de la medida, pero se distanció de algunos aspectos. "Son espacios voluntarios y no obligatorios. En ningún caso se puede obligar a las familias a que los alumnos recién llegados pasen antes por los Espacios de Bienvenida porque la plaza escolar es un derecho de los niños y una obligación de la Administración", dijo la diputada de este grupo Dolors Camats.
ICV recalca que la estancia de estos alumnos inmigrantes en estos centros debe ser por un período breve que no puede ir más allá de dos meses, limitación temporal que no figura en la medida. Para este partido, los centros segregados "son un recurso más del sistema educativo que no sustituyen a las aulas de acogida ya existentes. No cambia el modelo de atención a la diversidad existente sino que ha de tener por objeto completarlo", dijo ICV
Varias asociaciones de inmigrantes y SOS Racismo criticaron la medida. Begoña Sánchez, portavoz de SOS Racismo, señaló: "Estamos en contra porque estigmatiza al alumno y a su familia. Se tira por tierra la idea de trabajar por la integración desde los propios centros educativos. Separar a estos alumnos no integra porque se segrega. Lo que hay que hacer es reforzar las actuales aulas y si es necesario poner más docentes".
Chuen Ting Lam, presidente de la Unión de Asociaciones Chinas en Cataluña, declaró: "No me parece correcto separar a los alumnos. Cuando son pequeños hay más juego que estudio y aprenden mejor si están con compañeros de todo tipo. Los niños se pueden sentir aislados y no es bueno para su integración separarlos del resto".
Para Omar Diatta, secretario de la Asociación de Trabajadores Senegaleses, "hay que trabajar dentro del colegio, no en centros separados del resto de alumnos. Entiendo que hay alumnos que no conocen bien el idioma catalán, pero deben estar con alumnos españoles, no sólo con extranjeros. Es la mejor forma de integrarlos", recalcó Diatta.
Para Javed Ilyas, presidente de la Asociación de Trabajadores Paquistaníes en Cataluña, "si es por poco tiempo no estoy en contra de la medida. Ahora hay un problema. En el caso de los paquistaníes, muchos forman grupos en las escuelas y así no aprenden bien el catalán y el castellano. Si están separados pero con otros colectivos de inmigrantes podría mejorarse esta situación, pero, insisto, siempre que sea por poco tiempo porque lo normal debe ser que los extranjeros estén con los autóctonos".
Raúl Pérez, del Centro Filipino en Barcelona, consideró que los alumnos segregados "se pueden sentir separados de la sociedad. Si hay alumnos que no conocen bien la lengua que los pongan en clases según los diferentes niveles y que se doten a los centros de más medios, pero no se deben seleccionar por origen", recalcó.
Cuatro horas al día
La Generalitat pretende que entren en estos centros especiales los alumnos inmigrantes que lleguen a Cataluña con un "desconocimiento del sistema educativo y del entorno en el que se encuentran". Se trata de "promover su integración social, sensibilizarles sobre la lengua catalana y la realidad cultural del país a través de talleres educativos, culturales y deportivos".
Pero los primeros expertos consultados por este diario recuerdan que el aprendizaje se hace en un contexto, del que carecerán los alumnos que vayan a ingresar en estos centros, extraños al sistema escolar catalán. La Generalitat ha decidido que los alumnos estarán en grupos de 15 o 20 durante cuatro horas diarias y participarán en planes para ayudarles a integrarse en sus barrios y ciudades.
En general, la Generalitat estima que los niños de menos de 8 años se pueden adaptar mejor y no requerirán, en principio, ir a estos centros segregados. Los jóvenes que tengan entre 16 y 18 años que estén en estos centros recibirán además, ayuda para acceder al mundo laboral.
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