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Moratinos recorre el Magreb para ganar peso diplomático

El ministro de Asuntos Exteriores visitará cinco países en tres días

Antonio Jiménez Barca

El martes fue Mauritana. Ayer, Argelia. Hoy tocan Túnez y Libia. Mañana, Marruecos. El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, recorre esta semana todos los países del Magreb en una gira supersónica en la que la diplomacia española tratará de ganar peso antes de la cumbre UE-Magreb que se celebrará el domingo en París.

La gira comenzó en Nuakchot, la calurosa capital de Mauritania, una ciudad plana, colocada en medio del desierto, con calles de arena y cabras mordisqueando basura de las esquinas. Por la noche vuelan unos murciélagos aterradores del tamaño de palomas. Este país, uno de los más pobres del mundo, tiene una superficie equivalente a dos veces la española y una población de poco más de tres millones de habitantes, menos que Madrid. El control de sus interminables fronteras constituye una tarea imposible para el Estado mauritano. De ahí que no sean las relaciones económicas lo que más importe a Moratinos sino la permeabilidad del país.

Por eso, el ministro, tras reunirse con su colega mauritano, Cheikh El Avia Ould Mohamed Kouna, anunció que se intensificarán las patrullas conjuntas y que se crearán equipos de investigación también conjuntos encaminados a luchar contra la inmigración ilegal y el terrorismo. El director de la Guardia Civil y la Policía, Francisco Javier Velázquez, viajará la semana que viene para poner en marcha estos equipos.

Moratinos también habló con su colega del centro de detención de inmigrantes de Nuadibú, donde se confinan cientos de personas en situaciones indignas, según ha denunciado Amnistía Internacional. A este centro van a parar muchos de los inmigrantes sin papeles deportados desde Madrid o Canarias. El ministro anunció que una delegación oficial española, acompañada de varias ONG, visitará el centro para comprobar las denuncias.

Al día siguiente, Moratinos voló hasta Argel, la capital de Argelia. Es una ciudad en ebullición, de tráfico trepidante. Pronto se convertirá en la segunda capital del mundo árabe con metro (la primera es El Cairo). Es el símbolo vivo de un país de 33,8 millones de habitantes, cuyos yacimientos de un petróleo y de un gas cada vez más caros constituyen su principal fuente de riqueza.

Disputa por el gas

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A diferencia de Mauritana, aquí primaron los temas económicos y los políticos. El 33% del gas que llega a España procede de Argelia, que mantiene con las empresas españolas una disputa por el precio, que Moratinos espera que se solucione "antes del Ramadán" (otoño). Hay 50 empresas españolas con proyectos de envergadura en suelo argelino.

Además, hay cuestiones políticas que discutieron ayer Moratinos y las autoridades argelinas: la enemistad declarada y antigua, en la que España intenta mediar, entre Argelia y Marruecos y el Sáhara occidental. El presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, no hizo un hueco en su agenda para recibir al ministro español.

La delegación española aterriza hoy en Túnez por la mañana y en Trípoli por la tarde. Mañana Moratinos coincidirá en Oujda (Marruecos) con Zapatero. Será la primera visita del presidente a Marruecos esta legislatura.

El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, es recibido por su colega argelino, Murad Medelci, en Argel.
El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, es recibido por su colega argelino, Murad Medelci, en Argel.AFP

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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