Resignación ante los robos en tiendas del barrio de Salamanca

"Pasen y sírvanse". La frase resume la actitud ante los robos en el barrio más rico de Madrid, la zona donde se concentran las más prestigiosas firmas de lujo en la capital. Lo expresa así una dependienta de Valentino, en la calle de Ortega y Gasset. "Vienen a cara descubierta, hombres y mujeres, extranjeros y nacionales. Después de lo que pasó en Chanel hace meses, no oponemos resistencia. Llamamos a la policía, porque no suelen estar por aquí, y hasta la próxima", dice.

Contra todo pronóstico, el alunizaje del lunes en Gucci (200 metros más abajo), el segundo en ese comercio en dos meses, no ha sembrado el terror en las tiendas de la zona. Frente a la alarma, lo que hay es un sentimiento de resignación generalizado ante un fenómeno que viven como casi cotidiano. "Tenemos robos constantemente. Ya les conocemos: hay un grupo de rumanos y dos chicas de color que vienen cada dos por tres", dice la responsable de la tienda de Victorio & Lucchino. "Entran, uno te distrae con preguntas, y los otros, con bolsas forradas con papel de plata por dentro para evitar que piten las alarmas, se llevan lo que pueden". Asegura que "por falta de presupuesto" no tienen vigilante como otras tiendas de la zona.

De poco le sirvió el vigilante a Chanel, en la misma calle, y que ha sufrido varios robos. El más sonado, en diciembre, cuando varios hombres armados entraron y atacaron al vigilante. Esta firma rehusó hacer declaraciones.

La lista sigue calle abajo, hasta el cruce con Serrano, donde está Gucci. La policía y la Delegación de Gobierno aseguran haber incrementado la seguridad. Una presencia imperceptible para los comerciantes: "Llevamos tres robos en mes y medio, uno con alunizaje", señalan en Hugo Boss. "Hemos puesto verja, aunque es antiestético. Madrid es más problemática que Barcelona o que otras ciudades de España".