Vender un piso nuevo cuesta hasta cuatro años en Barcelona
La mitad de las viviendas que no se compran pasan a alquiler
Vender un piso de obra nueva en Barcelona puede costar hasta casi cuatro años. Exactamente 45,7 meses en Ciutat Vella y 45,4 meses en Sarrià-Sant Gervasi. Ambos distritos, junto con el Eixample, figuran entre los más caros de la ciudad, donde de media el metro cuadrado ya ha superado con mucho el millón de pesetas (6.826 euros). En Ciutat Vella el metro cuadrado está a 7.702 euros; en la zona alta, a 10.365, y en el Eixample, a 8.305.
La ralentización en los ritmos de venta (más de dos años de media) está provocando que se acumule en Barcelona una bolsa de viviendas nuevas que hoy es el 30% más grande que hace un año: 1.675 viviendas. Pero los precios apenas caen: el 1,5% en el último año. Son precios de salida, porque otra cosa es la rebaja que hoy día el comprador pueda conseguir, admitieron ayer los autores del informe del que salen todos estos números, elaborado por la consultora Aguirre Newman.
Las cifras de la corona metropolitana van en la misma línea: cada vez cuesta más vender (31,6 meses de media, 11 meses más que hace un año) y cada vez se acumula más oferta (1.431 pisos). La diferencia entre la capital y su entorno es que en éste los precios han bajado el 11% respecto al año pasado. De media, los pisos cuestan en el área de Barcelona 4.201 euros el metro cuadrado, en una horquilla donde los más caros son los de Sant Just Desvern y Esplugues de Llobregat, y los más baratos los de Viladecans y Santa Coloma de Gramenet.
En contraste con la prudencia empleada para comentar el estudio en otras ediciones, los autores se mostraron ayer abiertamente "pesimistas" sobre la evolución del mercado inmobiliario residencial de Barcelona. "La verdadera ralentización la veremos en 2009", afirmó el director de Análisis e Investigación de Mercados de la consultora, Javier García-Mateo. Él mismo reveló que datos aparentemente positivos para el mercado -como que en los municipios del entorno se ha reducido sensiblemente la sobreoferta-, se explican no porque las ventas aumenten, sino por la paralización de proyectos: "Muchas inmobiliarias están retirando los carteles de venta o paralizando proyectos que no mostraban buen ritmo de ventas, a la espera de un momento mejor".
En estos casos, otra opción a la que recurren los empresarios es reorientar el producto y comercializar los pisos en régimen de alquiler o alquiler con opción a compra. Ocurre en el 50% de los pisos que están por vender, aseguró García-Mateo. La directora general de la consultora en Barcelona, Anna Gener, corroboró "el cambio de tendencia después de un ciclo de 10 años", apuntó que el mercado "está muy parado" y pronosticó que "será en el primer semestre de 2009 cuando la confianza de los compradores tocará suelo".
Y ante esta parálisis, ¿no podrían los promotores bajar más los precios? "Algunos pueden", respondieron Gener y García-Mateo. "Pero otros se muestran muy inflexibles, porque hay desarrollos que se financiaron con importes de hasta el 80%. Además, con el suelo en Barcelona agotado, fuera de la ciudad se llegaron a pagar unos precios que no justifican el precio final de las viviendas", argumentó Gener. En cualquier caso, el director de Análisis e Investigación añadió que "mientras siga aumentando el coste financiero por las reiteradas subidas de tipos de interés, no servirá de mucho que bajen los precios".
De acuerdo con los cálculos del estudio de Aguirre Newman, comprar hoy un piso en Barcelona o su entorno exige "un esfuerzo al alcance de muy pocos", en palabras de sus autores. Partiendo de que el piso nuevo medio en la capital cuesta 579.744 euros y suponiendo que se aportara como paga y señal el 20% del total (119.966 euros), con una hipoteca a 30 años la cuota mensual sería de... ¡2.610 euros!
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