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Calor sofocante en el monumento a las víctimas del 11-M

La cripta de Atocha no tiene refrigeración y además las puertas están averiadas

La cripta del monumento a las 192 víctimas del 11-M, situada bajo la plaza de la estación de Atocha, es desde el comienzo de los calores estivales un pequeño infierno para sus visitantes y guardeses. Hasta 35 grados centígrados marcaba ayer y en días precedentes, sin aparente posibilidad de arreglo, el indicador de temperatura Carel que registra sus condiciones ambientales. También el medidor señalaba las mayúsculas AL, que significan alerta, pero no parece que a los supuestos responsables de su mantenimiento -nadie se lo atribuye de manera directa- les inquiete.

Ni Renfe, ni Metro, ni Ayuntamiento asumen su pleno mantenimiento

La legislación laboral (Real Decreto 486/97) impide trabajar por encima de los 27º centígrados, pero los dos turnos de empleados de este templo cívico al dolor de aquella infausta fecha pasan desde las 10 de la mañana hasta las ocho de la tarde, cada dos días, en tales condiciones. También soportaron goteras. Los visitantes, por su parte, apenas pueden detenerse unos minutos en este recinto evocador, que sólo el pasado 1 de noviembre, víspera del Día de los Difuntos, registró una asistencia de cerca de 30.000 personas. Un día laborable cualquiera pueden llegar a visitarlo unas 2.000 personas, número que se multiplica por cinco en vísperas y feriados.

El monumento fue presupuestado en 2,9 millones de euros, que pagaron a medias el Ministerio de Fomento y el Ayuntamiento de Madrid. Un convenio entre ambos asignaba a la compañía pública Adif, propietaria de la estación de Atocha, y a Renfe, su gestora de transportes, algunas responsabilidades sobre el lugar y otras, al Consistorio. "Los aspectos exteriores del monumento son de competencia municipal, pero los interiores corresponden a Renfe", dijo anoche una fuente consistorial.

Por su parte, Lucas Calzado, director de Cercanías de Renfe de Madrid, señaló: "El problema reside en que el dispositivo de refrigeración de la cripta se halla en una sala contigua que tiene problemas de ventilación". La sala contiene tres grandes aparatos, dos de los cuales no funcionan. Al no funcionar los refrigeradores, la sala se calienta en extremo y los visitantes y empleados se acaloran. ¿Y por qué no arregla Renfe esa sala? "Porque pertenece a Metro". Una fuente de Metro explica a su vez: "Metro no es responsable ni del diseño ni del funcionamiento de la refrigeración del monumento; nadie nos ha hecho llegar queja alguna al respecto".

Para colmo, la cripta sostiene una suerte de campana transparente de una sustancia plástica sobre la que hay frases dedicadas a las 192 víctimas por centenares de deudos y particulares. La campana funciona por un sistema de presurización que también falla, porque las dobles puertas que garantizan la estanqueidad ceden. "Son tantas visitas que se han averiado", dice un empleado. La avería surgió un año atrás. "Los empleados tienen que sujetar las puertas a mano, porque se abren y alteran las condiciones de presión en las que debe mantenerse la cripta", dice José Luis Simón, responsable de Higiene en el Trabajo de UGT en Cercanías de Renfe, sindicato que denunció ayer la situación.

Un visitante contemplaba ayer, acalorado, la cripta del monumento a las víctimas del 11-M.
Un visitante contemplaba ayer, acalorado, la cripta del monumento a las víctimas del 11-M.ÁLVARO GARCÍA

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