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Reportaje:

Las gaviotas invaden Cádiz

La Junta destruye 15.000 huevos para frenar a las aves

No hay confesada metáfora política pero la Delegación de Medio Ambiente de Cádiz ha iniciado la guerra contra las gaviotas. El progresivo aumento de población de esta ave en la bahía gaditana y el Campo de Gibraltar ha llevado al Gobierno andaluz a iniciar un contundente plan que incluye destrucción de huevos, retirada de nidos y eliminación directa por disparos. La invasión de gaviotas, con más de 4.000 parejas censadas, ha acabado con otras especies y ha destruido flora autóctona de la zona. A eso se añaden inconvenientes cotidianos en las ciudades, como daños en los edificios e incluso problemas de orden público en playas o mercados.

Fue hace cinco años cuando la Junta constató el preocupante aumento de población de la Larus michahellis, conocida popularmente como gaviota patiamarilla. Es la especie más común. Hace unas décadas su presencia en la costa gaditana era aislada, pero su fuerte capacidad de supervivencia le ha llevado a extender su dominio en zonas donde no era habitual. Sabe jugar sus mejores bazas: come de todo, por lo que encuentra manjares en cualquier sitio, y se reproduce con facilidad. Sus lugares preferidos son el litoral del Parque Natural de la Bahía de Cádiz, en zonas de marismas y playas, las proximidades de los puertos pesqueros y los vertederos de Miramundo (Medina) o Los Barrios, su principal zona de expansión.

La gaviota patiamarilla es muy depredadora y ataca a aves autóctonas
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Invertebrados en peligro

En poco tiempo su población se ha triplicado. El último censo, realizado en 2005, calculaba más de 8.000 gaviotas patiamarillas sobrevolando la provincia de Cádiz. Ahora pueden ser muchas más. La delegada de Medio Ambiente, Gemma Araujo, ha recogido las quejas municipales. "Tuvimos varias reuniones con ayuntamientos donde nos narraban situaciones complicadas como en los mercados de abastos, donde las gaviotas se volvían agresivas para buscar comida, o en los patios de los colegios", donde las aves saqueaban los restos de los recreos. La Junta ha pedido la colaboración de los ayuntamientos. "Hacen falta medios locales complementarios", dice la delegada.

Las medidas emprendidas hasta ahora ya han tenido sus efectos. Según los cálculos de la Junta, 5.300 nidos han sido neutralizados, con lo que se han destruido casi 15.000 huevos. No ha bastado con la simple eliminación porque las gaviotas realizan nuevas puestas rápidamente. Ha habido que engañarlas. Los técnicos de Medio Ambiente han ideado nuevas fórmulas como, por ejemplo, la inmersión de los huevos en parafina, que destruye el embrión pero lo deja caliente, por lo que la gaviota cree que está criando a un polluelo que, en realidad, no va a nacer nunca. Así se retrasa la nueva puesta.

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No ha sido suficiente y ha habido que realizar actuaciones más contundentes. Los técnicos han acabado directamente con nidos en las azoteas y los tejados de edificios de zonas urbanas en ciudades como La Línea, Los Barrios y Algeciras y han disparado con armas de fuego a la gaviota patiamarilla en los puntos principales de alimentación, que son los vertederos de Los Barrios y Miramundo. El plan ha superado su fase más activa. Ahora queda examinar los resultados. Saber si ha surtido efecto a través de un estudio científico.

Que la Delegación de Medio Ambiente esté detrás de un sacrificio directo e indirecto de animales tiene sus razones. Esta especie es muy depredadora. Ataca a aves autóctonas como la cigüeñuela, la avoceta o los charranes. Desplaza los nidos de otras especies. Contamina el agua, transporta microbios y daña la vegetación y los acantilados. Es oportunista y gregaria. Argumentos para justificar la guerra contra la gaviota patiamarilla.

Una mujer ante un grupo de gaviotas en Cádiz.
Una mujer ante un grupo de gaviotas en Cádiz.EDUARDO RUIZ

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