_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

En todos

Rosa Montero

En apenas una docena de años, desde finales de los cincuenta hasta principios de los setenta, más de dos millones de españoles salieron del país como emigrantes. Muchos lo hicieron de manera ilegal, regularizándose después. Esos emigrantes tienen hijos, sobrinos, nietos. Imaginemos que al tío, a la madre o al abuelo los hubieran metido año y medio en la cárcel. Semejante burrada no sólo habría cambiado trágicamente sus vidas, sino también la de sus descendientes. Me pregunto cuántos hijos y nietos de emigrantes habrían dejado de nacer si una ley parecida hubiera desbaratado el destino paterno. Y cuánta amargura podrían acarrear a sus espaldas (el peso del drama familiar) si hubieran nacido. También me pregunto cuántos de esos descendientes hay en este PSOE capaz de aceptar con tanta ligereza una directiva que pisotea los derechos humanos y el ideal europeo.

Mañana se debate en el Congreso la Proposición No de Ley en Defensa de los Grandes Simios. ¿Te parece que es un salto temático muy grande? Yo creo, en cambio, que la denuncia del atropello a los inmigrantes y la defensa de los grandes primates forma parte de la misma apuesta humanista, del desarrollo de la civilidad, de la construcción de un mundo mejor. Compartimos con los grandes simios el 99% de nuestro código genético y se ha demostrado que son inteligentes, que tienen conciencia del yo, que son capaces de fabricar herramientas y transmitir cultura, esto es, conocimientos aprendidos y no innatos. Lo único que pide la Proposición No de Ley es que se les proteja del maltrato y la esclavitud, de la tortura y la muerte. Algo tan básico y tan simple para unas criaturas escalofriantemente próximas a nosotros. Y algo sencillo de otorgar, porque ni cuesta dinero ni debería ser un tema conflictivo. Hay que luchar contra la brutalidad en todos los frentes.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_