Un plan contra la crisis sin novedades

El lehendakari, Juan José Ibarretxe, y los tres diputados generales solemnizaron ayer con una comparecencia y foto conjunta en Ajuria Enea su anunciado plan para hacer frente a la desaceleración de la economía. Con una escenografía y, especialmente, un lenguaje claramente preelectorales, el plan, que incluye 90 proyectos, se limita a adelantar inversiones por valor de 12.805,5 millones de euros para el quinquenio 2008-2012 de las que el 92% ya se hallan en marcha, han sido anunciadas por las instituciones correspondientes o se encuentran comprometidas. De esa abultada cifra, sólo 1.100 millones (un 8,5%) es específicamente nueva inversión. Una "operación estética", según coincidió ayer en criticar la oposición, con la que Ibarretxe quiere lanzar el mensaje a la opinión pública de que no sólo le preocupa la consulta soberanista que se debate el próximo viernes en el Parlamento, sino que también quiere encabezar la lucha contra la crisis. Y ello cuando el PP y, sobre todo, el PSE basan los pilares de su discurso en criticar al tripartito y su presidente por olvidarse de los problemas reales de los vascos.

La oposición descalifica el plan como una "operación estética"

Las instituciones deciden al final recurrir al endeudamienro

El Gobierno pretende crear con este plan unos 20.000 puestos de trabajo (14.000 directos, sobre todo en infraestructuras, y otros 6.000 indirectos en servicios), aunque el acuerdo interinstitucional firmado por sus cuatro signatarios no hace ninguna referencia a esta cifra ni precisa cómo, cuándo y dónde se crearán. El Ejecutivo aporta el 45% de los 12.805 millones de euros, mientras que el 55% restante lo ponen las diputaciones.

La relación de los 90 proyectos que detalla el plan -se puede consultar en su integridad en la zona de "Novedades" de la web del Gobierno: www.euskadi.net- resulta un gran cajón de sastre en el que prácticamente los únicos programas nuevos son uno de apoyo a los empresarios autónomos que incluye la subvención del 100% del coste de refinanciar la ampliación de los plazos de sus créditos bancarios, la creación de un nuevo centro de excelencia del acero en colaboración con la multinacional Arcelor y la puesta en marcha de un centro de investigación de la energía mareomotriz en Lemoiz, aunque estos dos últimos ya eran conocidos. Entre los demás que ya presentados figuran la Línea 3 del Metro de Bilbao, la ampliación de la Planta de Regasificación de Bahía de Bizkaia, el Plan de Carreteras de Álava, actuacionres viales en Guipúzcoa o la construcción de cuatro hospitales (Alto Deba, Uribe Kosta, Gernika y Encartaciones) que ya anunció en su día Sanidad al presentar su nuevo plan plurianual de infraestructuras. En líneas generales, las diputaciones (que desarrollarán 61 de los 90 proyectos) han puesto sobre la mesa la mayor parte de sus inversiones ya comprometidas para los próximos años y que ahora se quieren acelerar, sin hacer más precisiones, para dar empaque al conjunto del plan de choque.

El acuerdo, que se abre a la posible participación de la iniciativa privada y del Gobierno central y los ayuntamientos, se nutrirá en su mayor parte de recursos ordinarios, es decir, procedentes de la recaudación de impuestos, que ya estaban consignados o comprometidos en las cuentas públicas. Sin embargo, Ibarretxe anunció por sorpresa que también va a recurrir a financiación especial como los remanentes de tesorería, es decir al ahorro y al dinero no gastado, y a financiación extraordinaria, como el endeudamiento. El Gobierno ha reconsiderado la vía de la deuda, posiblemente como una manera de dotar de mayor solvencia a las medidas. Cuando se reunió con los tres diputados generales el pasado 5 de junio para adelantar ideas del plan, el lehendakari negó que se fuese a recurrir al endeudamiento para superar la crisis.

En cualquier caso, Ibarretxe, que se mostró muy concreto al detallar algunos de los proyectos, se mostró en cambio impreciso sobre la deuda pública prevista. El presupuesto para 2008 no le permite emitir más de 225,2 millones, el 2,3% del total de los ingresos. El Gobierno tiene presupuestado para este año un superávit de 64,3 millones.

"Hemos roto la hucha", enfatizó Ibarretxe para referirse a estos remanentes de tesorería que suman los 1.100 millones de euros nuevos, de los que 500 millones los aportará el Gobierno y el resto, las diputaciones.

Fuentes forales cuestionaron su capacidad para lograr esos fondos, al menos de remanentes de tesorería, cuando han sido precisamente las haciendas forales las que han registrado estos años un endeudamiento superior al del Ejecutivo, en buena medida al crecer sus gastos sociales, sin que ello llevase aparejado un reajuste en las aportaciones al tripartito.

Los tres diputados generales no sólo respaldaron al lehendakari, sino que le agradecieron una iniciativa que nace con la previsión de su propia mercadotecnia. Las cuatro instituciones firmantes, y así se especifica textualmente en el acuerdo, establecerán los "criterios y normas de identificación" de los proyectos para las "acciones de comunicación y difusión" que se establezcan. Una comisión interinstitucional se encargará del seguimiento de las obras. La fórmula que las diputaciones han arbitrado para agilizar y adelantar las inversiones es la de descentralizar la Mesa de Contratación, el órgano por el que pasan todos los contratos públicos, para crear una en cada uno de los departamentos más inversores.

La oposición criticó lo que considera una "jugada de distracción" de Ibarretxe. El portavoz del PSE, Rodolfo Ares, afirmó que el plan "parece más una suma de proyectos que ya se estaban impulsando que un verdadero plan". El secretario general del PP vasco, Carmelo Barrio, lo tildó de "plan estético que trata de desviar la atención y encubrir los verdaderos problemas que tiene el país, que los genera el lehendakari todos los días".

También los sindicatos se mostraron críticos con la iniciativa. Si bien el mayoritario ELA va a esperar a estudiarlo en profundidad, UGT y CCOO adelantaron su decepción. La secretaria de Acción Sindical de UGT-Euskadi, Pilar Collantes, lo calificó de "papel mojado" porque no se ha contado con los agentes sociales. CCOO explicó en una nota que Ibarretxe "vende humo" para salir de la crisis, en vez de medidas eficaces.